El Villanovense tuvo que ser protegido a su salida de los vestuarios del Alfonso Murube ceutí y su autobús también tuvo que ser escoltado por agentes antidisturbios de la Policía desde el estadio hasta el puerto. Afortunadamente, no se registró ningún incidente salvo los improperios e insultos que recibieron los miembros de la expedición serona.

En este caso, la afición local cargó incomprensiblemente sus iras contra el conjunto serón por la derrota sufrida por 0-1, cuando realmente fue el árbitro Santana Ponce el que la montó con dos expulsiones a jugadores ceutís que encresparon a la parroquia local. Una de ellas, la de Kríos, fue incluso calificada de "injusta" por el técnico villanovense, José Mari Calvo.

Calvo se mostraba ayer tremendamente satisfecho por el triunfo conseguido que, como dice, "nos viene muy bien para despejar las dudas que teníamos tras la derrota del Vecindario". Además, apunta, "esta victoria demuestra que todavía no nos pueden dar por muertos". Ahora, sólo cabe esperar una ratificación de éste éxito ganando en casa al Linares.