Rodeado por los componentes de la Peña Barça-Cambrils, Sandro Rosell logró reencontrarse con Sandro Rosell. O sea, enterró la imagen eufórica que inesperadamente ofreció el pasado jueves cuando en una porra solidaria para recaudar alimentos pronosticó "un 5-0 al Madrid para no perder la costumbre". Ayer, Rosell rectificó a Rosell usando el mismo formato. No hubo preguntas ni respuestas. En un discurso público por una buena obra, lanzó su manita. Y en otro discurso público, ante peñistas de Cataluña, se desdijo, 72 horas después de su error.

"No quise ofender, los valores del Barça son la humildad y el trabajo", recalcó el dirigente antes de dirigirse a los comensales que habían asistido a la fiesta del 50 aniversario de la peña de Cambrils.

"Si algunos aficionados y socios del Barça se sienten ofendidos, les pido disculpas", recalcó el presidente, tras recordar que en el contexto del acto --era una porra solidaria con el objetivo de obtener el mayor número de alimentos posible--, fue cuando expuso su inesperada y particular manita al Madrid.

"No estuve afortunado. Me sabe muy mal lo que pasó. Nunca la finalidad de mi porra era ofender a alguien, solo tenía un carácter solidario. Quería dejar muy claro este tema. No es nuestra manera de ser la de ofender. Ya está".

Fue Rosell extremadamente cuidadoso en el mensaje. Tanto que ni nombró a Guardiola, a pesar de que este había dicho el viernes que él no lo haría nunca. Consciente de que había cometido un error, el presidente eligió las palabras que empleó para no herir susceptibilidades.