Sebastian Coe (Londres, 1956), campeón olímpico de los 1.500 metros en 1980 y 1984, fue considerado el artífice para que Londres se adjudicara los Juegos. Ahora, dirige la organización a la que le queda un año para tener la capital británica lista para el evento.

--¿Queda mucho por hacer?

--De todos los años de preparación, este último será el más difícil. No porque vamos retrasados; ya tenemos el 80 por ciento de las obras terminadas. Pero es el año decisivo, en el que haremos muchas pruebas. De eso se trata: probar, probar y probar. Seremos como un atleta que se prepara para unos Juegos.

--¿Y qué Juegos ofrecerán a esos deportistas?

--Yo he sido atleta, y sé lo que hace falta para que se puede competir al más alto nivel posible. Se encontrarán con las mejores instalaciones posibles, con mucho ambiente ya que todas las entradas ya están vendidas, y una villa olímpica que cumple con todas las exigencias. La villa estará a distancia de caminar de muchas sedes, en el corazón de los Juegos, pero también permitirá descubrir Londres antes y después de competir.

--¿Han aprendido de la experiencia de otras ciudades en el pasado?

--Me gustaría tener el ambiente de Sídney-2000, el calor humano de Barcelona-92, la atención detallista para el deportista de Pekín-2008... Pero cada ciudad, cada país, cada continente es diferente, y eso es precisamente el encanto del movimiento olímpico, que viaja por el mundo y descubre en todas las sedes algo nuevo.

--¿Se informó de la buena experiencia que hubo en España con los Juegos de Barcelona?

--Sí, he estado muchas, muchísimas veces, incluso antes y durante los Juegos de 1992. Y después me he visto en muchas ocasiones con el alcalde, Pasqual Maragall, para que me explicara todo el proyecto. Presencié los últimos Europeos de atletismo en Montjuic, estuve durante dos semanas en el Port Olímpic, un gran ejemplo de que Barcelona ha sido la sede olímpica que mejor se ha regenerado con ocasión de los Juegos.

--Hay el riesgo de que un estadio olímpico o el enorme centro acuático para la natación no se volverán a usar apenas...

--En todo eso hemos pensado a la hora de diseñar las infraesctructuras. Se quedarán las dos piscinas de 50 metros para los londinenses, pero las gradas se reducirán de 17.000 a 2.000 plazas.

--¿Necesita Londres estos Juegos?

--Sí, porque son un instrumento para animar a la gente joven a practicar deporte. En el aspecto social, es un desafío enorme para la ciudad. Y en lo económico y turístico, se esperan más de un millón de visitantes. Es una gran oportunidad para nosotros.