La selección española de fútbol sala fue recibida en el día de ayer por los aficionados al grito de '¡campeones!' en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, a su regreso de Belgrado, donde el pasado sábado conquistó su séptimo título europeo al vencer por 7-3 a Rusia en la final.

Un centenar de aficionados, provistos de banderas españolas, entonaron el clásico "¡Campeones, campeones, oé, oé, oé!" cuando el seleccionador, José Venancio López, y los jugadores aparecieron en el vestíbulo de la Terminal 2 ataviados con su uniforme de gala y enarbolando el trofeo conseguido.

Con su séptimo título, España refuerza su condición de dominadora de Europa, al haber ganado siete de las diez ediciones hasta ahora disputadas del Europeos. Antes se había proclamado campeona en 1996, 2001, 2005, 2007, 2010 y 2012.

Junto al trofeo de campeón para todo el equipo, dos jugadores recibieron galardones individuales: la bota de oro, que compartieron entre Miguelín y Mario Rivillos, y la bota de plata para Alex Yepes. El próximo objetivo de la selección española será ya el Mundial de septiembre próximo en Colombia. Ahí llegará también con la máxima aspiración, que para eso se trata de la selección con mejor historial en estos momentos.