Sergio Carlos Sánchez (Carcaboso, 17-8-81) es sin duda el hombre de la semana en el fútbol cacereño. Su gol en el tiempo de descuento del partido del pasado domingo frente al Betis B otorga al Cacereño posibilidades de salvar la categoría. Y lo logró del modo más especial y estrambótico posible: después de más de dos meses sin jugar y en el escasísimo tiempo que estuvo sobre el campo, ya que Ismael Díaz le introdujo en el lugar de Julio Cobos en el minuto 88. Nadie sabe si lo hizo para perder tiempo o con la secreta esperanza en provocar el milagro que efectivamente se produjo para asombro de todos.

El chico de Carcaboso

Sergio es un jugador absolutamente marginal en la plantilla, a la que llegó como apuesta personal del propio Díaz el pasado verano. El entrenador le dio bastante confianza durante la primera vuelta, en la que sumó once partidos, pero en los últimos doce no había tenido ninguna oportunidad, pese a la escasez de efectivos de la plantilla verde en la zona de ataque. Ahora ha pasado a ser el héroe del vestuario, protagonista de felicitaciones y bromas habituales.

"No quiero pensar mucho en ello, porque en realidad no hemos hecho nada. Hay que seguir trabajando para lograr la permanencia y el próximo domingo es el siguiente paso ante el Universidad de Las Palmas", afirma. Su voz a través del teléfono suena algo nerviosa. Seguramente en tres días le hayan llamado más periodistas que en toda su carrera junta. "Ayer --por el martes -- estuve en mi pueblo y allí están como locos conmigo", confiesa, ilusionado por la opción de que su acción de oportunismo frente al filial bético --recogió el rechace del portero tras una falta lanzada por Mauricio-- le abra las puertas de más minutos sobre el terreno de juego.

El de Sevilla fue, por supuesto, su primer gol en Segunda B, una categoría en la que dice estar notando una enorme diferencia respecto a la Tercera. La temporada pasada se salió en un modesto como el Ciudad de Plasencia, logrando 24 goles, y ése fue su salvoconducto para acabar en el estadio Príncipe Felipe con un contrato de tres años. No hace falta ni señalar que es el arquetipo de profesional que predomina en el equipo: joven y ambicioso, pero con talento por confirmar en una división del fútbol en la que no reinan las sutilezas.

Contraste de categorías

"En Segunda B se nota mucho la experiencia que tienen los jugadores", resume Sergio, que se define más bien como "un segundo delantero, más que un ariete". También dice que puede jugar escorado a la izquierda. Antes de su momento de gloria en la Ciudad Deportiva tuvo que sufrir. El Plasencia se fijó en él cuando estaba en el Chinato, aunque no se entendió con el técnico José Andrés Grande y acabó en el Ciudad. "Incluso pensé en dejarlo hace un par de años", cuenta.