Después de media hora de consultas e inspecciones oculares sobre el terreno de juego, Nevado Rodríguez, árbitro del Cacereño-Valdivia, decidió suspender el partido. Mucho tuvo que pensárselo el trencilla , pues el equipo visitante se mostraba favorable a disputar el encuentro, mientras que los locales no estaban por la labor en un campo anegado por el agua en muchas zonas y en el que podría correr peligro la integridad física de los protagonistas del encuentro.

Al final imperó la lógica, aunque las razones que aducía el Valdivia también eran respetables, pues no sólo eran sus posibles intereses deportivos los que estaban en juego, ya que mañana martes --posible fecha para disputar el encuentro si hubiera habido acuerdo-- no hubiera dispuesto de jugadores suficientes para desplazarse por motivos de trabajo en gran parte de su plantilla. Ayer sólo acudieron catorce futbolistas, lo que da credibilidad a su teoría, aunque la lógica apuntaba a la suspensión.

Nevado Rodríguez salió en tres ocasiones acompañado del delegado de campo cacereño, Manolo Jordán, pero el cielo tampoco otorgaba grandes esperanzas de mejoría climatológica. Ahora se espera a que la Federación dictamine la nueva fecha para disputar el encuentro.