La tarde era sofocante. De esas que este verano no se han prodigado en Extremadura. Y las cuatro de la tarde una hora que llamaba más a la siesta que a realizar cualquier otro tipo de actividad, por ligera que ésta fuese. No obstante, una vez más, Alberto Contador hizo que el pueblo de Barcarrota saliera de sus casas. Poco a poco, por la puerta del bar ´El Chinarro´ llegaban, eufóricos, los aficionados.

Había ganas de ver al ciclista en la primera fila del pelotón. Esperaban nerviosos, ansiosos, inquietos el momento de la subida a un podio, que Alberto Contador pisó hasta cinco veces para ser homenajeado.

Los deseos se han hecho realidad. Alberto ha cumplido su sueño y ha conseguido no sólo poner a España en la vanguardia del ciclismo internacional, sino también ganarse la confianza, el respeto y el cariño de la afición.

Alegría y emoción. Eso es lo que se vivía en el bar de este pueblecito extremeño. "Toda la familia estamos muy contentos", palabras de Manuel Contador, tío del campeón, mientras se limpiaba las lágrimas por la emoción contenida. "No he podido contener las lágrimas mientas veía como subía para recibir el premio que se merece", decía. "Mi sobrino ha conseguido lo que quería desde pequeño; se ha comportado como un campeón", añadía Manuel.

Los gritos y los aplausos eran cada vez más fuertes, sobre todo cuando Contador subía sonriente, feliz y de color amarillo acompañado por todo su equipo. En el bar se escuchaba "¡Contador, Contador" cuando el ganador del Tour de Francia levantaba desde lo más alto su enorme copa. O en el momento en el que la bandera de España se veía en el televisor.

Un poco más tarde, se pudo escuchar el himno. Para eso, más de uno pedía, por favor, que se guardara un poco de silencio. Y así fue. De los gritos se pasó a no decir ni una palabra. Todos miraban atentamente la pantalla. Escuchaban con emoción.

Alberto Contador es el hombre del día. El nombre propio del ciclismo español. El quinto que gana el Tour. La competición fue dura, pero ayer se le vio disfrutar de la victoria.