Después del ciclismo, el atletismo y el esquí de fondo, el tenis también ha adoptado el pasaporte biológico para los jugadores a partir de esta misma temporada. La decisión fue tomada ayer en Indian Wells en una cumbre en la que participaron la Federación Internacional de Tenis (ITF), los responsables de los circuitos masculino y femenino (ATP y WTA) y los organizadores de los cuatro Grand Slam (Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y Abierto de EEUU).

Las últimas peticiones de jugadores como Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic pidiendo más controles sanguíneos ha acelerado la decisión. "El pasaporte biológico es un paso importante en la lucha contra el dopaje", ha asegurado Francesco Ricci Bitti, presidente de la ITF.

El pasaporte biológico resume y acumula los valores hematológicos de cada atleta en un documento electrónico con los resultados de las pruebas recopiladas durante toda la carrera, para detectar alteraciones que podrían estar generadas por el consumo de sustancias prohibidas. "Los jugadores han dejado claro que apoyan una mayor inversión en la lucha contra el dopaje y creemos que esta es la mejor manera de demostrar al mundo que el tenis es un deporte limpio", ha valorado Brad Drewtt, presidente de la ATP.

LA LEY EN ESPAÑA Por otra parte, el Consejo de Ministros dará hoy vía libre al anteproyecto de la nueva ley antidopaje, que adapta al ordenamiento jurídico español las exigencias de la Agencia Mundial Antidopaje. La nueva normativa será remitida a las Cortes para su tramitación y se calcula que puede entrar en vigor a principios de verano. Se estima que será un gran aval para Madrid-2020.