Por la mañana, iba camino de Majadas de Tiétar el niño Tiago (28 de enero de 2011), hijo de exjugador y actual entrenador Santi Polo. Comunicaría la buena nueva a sus abuelos. Su destino, a partir de agosto y durante tres años, será el Betis. Su hermana, Bianca, dos años mayor, se enrolará en el Cajasol de voleibol. El caso, llamativo, no lo será tanto para el que haya visto cómo se desenvuelve con el balón el jovencísimo futbolista. Un verdadero espectáculo que dio sus primeros toques en el Arroyo y que ha destacado sobremanera en el Diocesano.

«Los estudios seguirán siendo lo primero; él lo sabe; lo importante es que se divierta en el fútbol», dice el ex del Moralo, Arroyo o Cacereño, retirado hace un par de años. Ahora, el orgulloso progenitor y su mujer, Inma Martín, vivirán con sus hijos en Sevilla. «El Betis ha apostado por él; había más detrás», dice el que fuera lateral izquierdo, ahora entrenador, poniendo como ejemplo que el club facilitará un trabajo a los padres, a él como técnico de tecnificación de la cantera y en una academia «y mi mujer hará pruebas en laboratorios».

Tiago, que nació en Albacete y que es sevillano (andaluz como su madre) a efectos burocráticos, militará en el benjamín A del Betis. «Siempre ha jugado en el equipos con niños dos o tres años mayores», dice Santi Polo, especialmente agradecido al Arroyo («nos vamos del pueblo encantados y volveremos mucho») y el Diocesano en general y en concreto al técnico David Gijón.

Polo, que apuró su carrera hasta los 38 años, tiene una experiencia dilatada y asegura que aún queda mucho para poder asegurarse de que triunfará. «Tiago sabe que no será fácil y que tendrá que trabajar mucho», agrega feliz.