Será esta noche, a la 1.00 de la madrugada hora española, ante otro de los parias de la liga, los Cleveland Cavaliers. José Manuel Calderón y sus Toronto Raptors afrontan una temporada dura, supuestamente cuajada de derrotas, y en la que no entrar en los playoffs por tercer año consecutivo sería lo más lógico. De momento, al base extremeño --que cumple su séptimo año en la mejor competición baloncestística del planeta, que se inició ayer-- le piden más defensa y que tire más. Insospechadamente ha quedado como uno de los veteranos de la franquicia.

POCAS NOVEDADES Calde volverá a ver cómo su capacidad de adaptación está a prueba. Los Raptors acaban de cambiar de nuevo de entrenador y ahora es Dwane Casey el que los dirige en lugar de Jay Triano. Trae, según uno de los analistas de mayor prestigio a nivel local, Doug Smith, del Toronto Star , un nuevo sistema que tendrá a los aleros y a los pívots más cerca de la canasta. "Calderón necesita mejorar defensivamente (...), tendrá que ser más diligente manteniendo a su hombre enfrente suyo. Y también mirar al aro más frecuentemente que hasta ahora", escribe. Paradójicamente, lo que en Europa se consideraba uno de sus puntos fuertes, la defensa, se ha convertido en algo criticado en la NBA.

Ni Smith ni los principales periodistas canadienses cuestionan la titularidad del jugador de Villanueva de la Serena, que tendrá como reservas a Jared Bayless --que también puede jugar al lado suyo como escolta-- y al veterano Anthony Carter. Más allá del cambio de entrenador no hay caras nuevas muy llamativas en los Raptors, enfrascados en un periodo de reconstrucción desde que Chris Bosh se fuese a Miami. A no ser que sea traspasado, Calderón estará implicado en él, ya que le quedan dos años de un contrato demasiado alto como para ser asumido por otro club.

Serán 66 partidos en cuatro meses, la antesala de lo que debe suponer su auténtico reto individual esta temporada: los Juegos Olímpicos de Londres.