Aitor Jiménez,´Verdi´, como cariñosamente le llamaban sus compañeros y amigos del Amanecer por sus singulares imitaciones del sonido del verderón, murió el pasado jueves en su domicilio. Era portero del equipo juvenil. Su repentino fallecimiento ha llenado de un hondo pesar a la localidad de Sierra de Fuentes, en la que vivía con su abuela. Era húerfano de madre. Tenía 17 años y aseguran que unas condiciones inmejorables para haber triunfado como portero. Ya lo demostró en torneos de fútbol sala y en el primer equipo del modesto club cacereño. Verdi se nos fue, como se nos fueron, cada uno en sus distintas circunstancias, otros deportistas que apuntaban muy alto. En la carretera se quedó Fali, se nos fue Adrián, se nos fue Sergio Trejo... pero todos ellos siguen muy presentes entre nosotros. Todos tenían una vida por delante para triunfar como deportistas. Como personas, ya lo hacían a diario. Se nos han ido vidas, pero sobre todo se marcharon personas ilusionadas e ilusionantes. Descansad en paz, campeones. Dejásteis huella.