Luis Alfonso Ledesma, 'Willy' (Torremejía, 1989) vivía y vive en la misma calle de su localidad natal que un paisano ilustre, Pedro José Lorenzo, estantarde y símbollo del glorioso Extremadura que alcanzó la Primera División en los 90. Por entonces, Willy acudía a la casa del excentrocampista azulgrana "para que me firmara fotos y autógrafos", cuenta él mismo a modo de anécdota.

Muchos años después de aquellas sentimentales escenas protagonizadas por aquel niño que de mayor quería ser futbolista, el ahora delantero del Arroyo hizo que se retratara otra para la historia romántica del fútbol extremeño. Y es que el pasado domingo, Willy corrió a dedicarle su primer gol oficial de este año en su nuevo club... a Pedro José, actual segundo entrenador del equipo de Segunda B. Piruetas del destino, recónditas escenas que depara el fútbol, tan universal, pero a veces tan cercano.

"Me ha apoyado mucho, ha creído mucho en mí". Willy estaba feliz ayer, también por ese homenaje tan especial. Por supuesto, el que fue el calvo más famoso de la Primera División en los 90 agradeció el gesto, cómplice. Ambos viajan juntos desde su Torremejía natal hasta Arroyo para jugar y entrenar, junto al meta Juanma Barrero y el preparador de porteros, el otro Juanma del club. Todos ellos quedan en Mérida. "El coche lo lleva una semana cada uno", cuenta.

El fichaje

Es evidente que Pedro José influyó en el fichaje de su vecino este verano. Marrero se dejó aconsejar bien. "Es un gran futbolista y una gran persona", dice el propio técnico, quien no estaba preocupado por la falta de gol de Willy. "Ha hecho otras cosas muy bien, aunque me alegro un montón porque haya visto puerta ya y eso le dará más confianza", añade.

No triunfo en la cantera del Betis cuando, muy joven, firmó por el club sevillano. "Hice 14 goles en el C y no me llamaron para el B; no lo entendí", se lamenta Willy.

Sin embargo, sus dos años siguientes en el Villanovense, los pasados, fueron buenos: 8 y 9 tantos. "En éste quiero conseguir al menos 10", dice convencido el futbolista.

Willy está satisfecho por el cambio. Eligió el Arroyo antes de continuar en el Villanovense --del que tampoco tenía queja alguna, más bien al revés-- porque quería seguir jugando en Segunda División B y el descenso serón lo impedía. "Ellos lo entendieron", añade. Ahora vive contento en el Arroyo, donde tiene a un presidente, Juan Bermejo, "espectacular; ójala fueran todos como él", subraya.

También alaba al grupo que se ha formado, donde su relación global con sus compañeros es muy buena, especialmente con el también extremeño (de Usagre) Ruano, que es con quien tiene una mayor afinidad.

Willy asume que la marcha del equipo en los últimos partidos --cinco encuentros sin vencer-- ya preocupaba en el seno de la plantilla. "El año pasado llegaron a estar 10 sin ganar, y ya se estaba comentando". El 2-0 a El Palo ha sido todo un respiro. Y para Willy el hecho de marcar un tanto, sin duda otro motivo de celebración pintiparado.

En lo estrictamente sentimental, para el recuerdo, para los anales, la imagen de Pedro José firmando fotos a un niño. Sobre dos décadas después también la de un futbolista potente dedicándole un gol a uno de sus grandes referentes. Pura historia del fútbol extremeño.