Era 17 de agosto, sábado de las fiestas de la Piedad y feria de Almendralejo, y época para estar más en la playa de Chipiona o de Benidorm, que bajo la muralla fría de Lugo. Pero allí estaban ellos, los valientes azulgranas. Los que nunca fallan. Sea el día, la época o la jornada que sea.

El Extremadura volvió a presumir de afición en el Anxo Carro de Lugo. Más de un centenar de seguidores arroparon a los suyos en el coliseo gallego y se dejaron notar ante la mustia parroquia local. 55 de ellos habían partido de madrugada en un autocar para hacer 1.400 kilómetros en menos de 24 horas. «Pero es el inicio y aquí no podíamos faltar», decía uno tras bajarse del autocar.

También hubo representación uruguaya dentro de la afición con Juliano, sobrino de Gio Zarfino que ha venido durante 20 días para visitar a su tio en Almendralejo. Con el famoso ‘Chiqui’, es de los que no se despegan del televisor en Montevideo para seguir semana tras semana al Extremadura. Esa colonia de uruguayos-almendralejenses que ya hay al otro lado del charco.

Con el punto, los valientes se marcharon contentos. Como Manuel Mosquera, que también lo dio por bueno en sala de prensa. El gallego, que estrenaba temporada en la tierra, alabó una vez más el enorme esfuerzo de sus jugadores y consideró «justa» la igualada.

«Hemos visto a un Extremadura con nuestro sello. Intenso y presionante. Podíamos haber estado más cercad de la victoria, pero Eloy Jiménez pensará lo mismo». Y tenía razón. Reafirmaba el bueno de Eloy esa reflexión tras el partido.

Manuel no quiso poner excusas, pero dejó claro que «ya sabíamos que nos íbamos a encontrar un equipo muy difícil, incómodo y un campo que presiona».

No quiso individualizar, pero ante las preguntas de los periodistas destacó la figura de Lomotey. «Tiene sólo 20 años y ha hecho un partido espectacular. No es fácil para él».

Reconoció el técnico azulgrana que la exigencia física del primer acto pudo pasar factura en los minutos finales.

Volvió a sacar petróleo el Extremadura de tierras gallegas, una región que comienza a dársele bien a los azulgranas, pese aquel fatídico descenso del CF Extremadura en 1997 de Primera a Segunda División.

En los últimos años, el Extremadura ha ganado al Fabril en un playoff clave para el ascenso, empató en Lugo la pasada campaña y dio la campanada en Riazor hace unos meses. Galicia, una tierra que empieza a ser talismán para un Extremadura que ilusiona.