Asafa Powell, jamaicano de 21 años, se anticipó a las pesquisas de los investigadores norteamericanos y con un registro de 9.77 segundos y la ayuda de un viento que soplaba a 1,6 metros por segundo en Atenas borró de las listas el sospechoso récord de 100 metros del estadounidense Tim Montgomery.

Por una sola centésima ha desaparecido del libro de los récords la marca de 9.78 que Montgomery logró el 14 de septiembre de 2002 en París como remate de un largo plan sistemático de dopaje, según las investigaciones de la Agencia Estadounidense Andidopaje.

PREMONICIONES Asafa Powell venía anunciando el nuevo récord desde que empezó la presente temporada al aire libre con sus marcas de 9.84 --tercera de todos los tiempos-- y de 9,85 bajo la lluvia en Ostrava.

En la pista talismán de Atenas, donde el estadounidense Maurice Greene batió otro récord mundial del hectómetro (9.79), y el mismo día en que el ránking de la Federación Internacional le situaba como líder mundial, Asafa Powell ha cumplido su palabra con una carrera perfecta que acabó en 9.77.

Powell necesitaba sacarse la espina de su decepcionante quinto puesto en la final olímpica de Atenas y de su descalificación, un año antes, por salida falsa en los cuartos de final de los Mundiales de París.

El año olímpico prometía algo grande para Powell porque los grandes pesos norteamericanos competían con el lastre psicológico del escándalo que estalló en los Estados Unidos por el uso de productos dopantes elaborados en los laboratorios BALCO, los mismos que encumbraron por métodos químicos a Tim Montgomery, el compañero de Marion Jones.

A Powell, que había bajado cuatro veces de 10 segundos en 2004, no le bastaba con ser campeón olímpico. Ambicionaba también el récord mundial de Montgomery, pero el 22 de agosto, el día de la final olímpica ateniense, nada le salió a derechas: el estadounidense Justin Gatlin se llevó la gloria con 9.85, y el joven portugués Francis Obikwelu se colgó la medalla plata por delante del campeón anterior, Maurice Greene.

Después de su carrera de Ostrava, Powell aseguró que pudo haber batido el récord mundial, de haberse dado mejores condiciones meteorológicas, y cuando hizo 9.84 el 7 de mayo en Kingston, dijo que haberse relajado en los últimos metros pudo costarle, también, la plusmarca universal que ayer logró.

CONFIANZA "Sabía que podía hacerlo. Lo sabía. Lo he dado todo. Es muy agradable saberse el hombre más rápido del mundo", dijo Powell. A la pregunta de cuál es su límite, se limitó a decir: "Quién sabe. 9 con algo".

"Estoy encantado de haberlo hecho en mi segunda presencia en Atenas. Es asombroso haber logrado otro récord del mundo en esta ciudad después del que logró Maurice Greene en 1999 en este mismo estadio. El año que viene estaré de nuevo aquí", concluyó.