SCHALKE: Neuer; Rafinha (Grossmüller, 74) Westermann, Bordon, Pander; Jones, Ernst; Rakitic; Asamoah ( zil, 60),, Kuranayi y Altintop (Lövendkrands, 74).

VALENCIA: Cañizares; Miguel, Albiol, Marchena, Moreti; Angulo (Joaquín, 75) Albelda, Helguera, Silva; David Villa y Morientes (Sunny, 90) (Arizmendi, 80).

GOL: 0-1, min. 64, David Villa.

ARBITRO: Wegereef (HOL) amonestó a Albelda, Marchena, Moretti, Bordon y Grossmüller.

INCIDENCIAS: Partido del grupo B de la Liga de Campeones

Un solitario gol de David Villa le dio un merecido triunfo a domicilio al Valencia en su debut en la Liga de Campeones ante el Schalke 04, equipo al que los españoles parecieron tomarle la medida desde muy temprano.

Al comienzo del partido el Valencia mostró una actitud muy reservada y pareció encerrarse atrás a esperar al Schalke y especular con la posibilidad de un contragolpe.

La actitud conservadora del Valencia así como el hecho de que el Schalke se estrellase constantemente contra la muralla defensiva de los de Quique Sánchez Flores, hizo que hubiera que esperar media hora para que se dieran las primeras ocasiones gol (minutos 30 y 32, Kevin Kuranyi y Gerald Asamoah).

El Valencia reaccionó y tomó el control del partido, empezando a recuperar la pelota con mayor frecuencia lejos de su propia área para pasar de inmediato al ataque poniendo en algunas dificultades al Schalke.

Los últimos quince minutos de la primera parte fueron claramente del Valencia que tuvo tres llegadas claras con remates dentro del área de Morientes y David Villa, que fueron al cuerpo del meta Manuel Neuer, y uno desde 22 metros de Marchena que pasó muy cerca del larguero.

Con el comienzo del segundo tiempo, todo indicaba que el Valencia tenía la situación bajo control y el Schalke ni siquiera lograba llevar verdadero peligro con los temidos lanzamientos de falta de Christian Pander.

La ventaja para el Valencia llegó con un contragolpe, iniciado con un balonazo largo de Miguel que aprovechó muy bien Villa desbordando a Neuer y definiendo sin problemas.

Tras la ventaja, pese a que el Schalke arremetió y tuvo buenas jugadas de área, el control del Valencia sobre el partido se hizo más claro. Además, en el último minuto, Lövendkrands falló desde una posición ideal cuando Cañizares ya estaba vencido.