La Comisión Europea y los países de la zona euro aseguraron ayer que la ayuda financiera europea y del FMI estará disponible para el 19 de mayo, fecha en que las autoridades griegas deben renovar una emisión de bonos por valor de 8.500 millones de euros. Sin embargo, en medios comunitarios se reconoció que Alemania mantendrá su lenguaje duro y restrictivo sobre esa ayuda europea a Atenas hasta la celebración de las elecciones regionales en Renania del Norte-Westfalia el 9 de mayo. Este es el land económico y políticamente más importante de Alemania, donde gobierna una coalición conservadora-liberal que no tiene asegurada la reelección.

Las reticencias germanas sirvieron para llevar nueva incertidumbre a los mercados financieros, principalmente el de renta fija, en el que el diferencia entre el bono alemán y el de los países más afectados por esta crisis --Grecia, España y Portugal, entre otros-- registró cotas elevadas; casi 100 puntos básicos para el bono español a 10 años.

El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, volvió a insistir al llegar ayer al Consejo de Ministros europeo que Alemania exige un programa plurianual de ajuste muy estricto antes de autorizar la concesión del crédito bilateral de 8.376 millones, que le corresponde en el paquete colectivo de 30.000 millones que aportará la zona euro. El FMI sumará otros 15.000 millones de préstamos a un tipo de interés moderado. "Prometer la ayuda demasiado pronto solo tendría como efecto quitar la presión a Grecia para que adopte las medidas necesarias", precisó Westerwelle.

SIN PRESIONES Los alemanes siguen sin dejarse presionar por la urgencia griega. Tras un fin de semana de declaraciones cruzadas, ayer la cancillera decidió dar la cara: "Alemania ayudará cuando se cumplan una serie de condiciones", insistió Angela Merkel, quien añadió que para eso "aún faltan unos días". Dejó así claro que no se concederán ayudas prematuras y que estas dependerán del plan de ahorro a corto y medio plazo que el FMI negocia con el Gobierno de Papandreu: "Si Grecia está preparada para aceptar medidas duras y no solo para un año sino para más, entonces tendremos una oportunidad de mantener y asegurar la estabilidad del euro".

Pero tras las palabras de Merkel se esconden una interminable lista de desavenencias en sus propias filas y cierta oposición en su país. Ayer, Schäuble, se reunía con los jefes de todos los grupos parlamentarios en busca de apoyos por si es necesaria una aprobación relámpago en el Parlamento y les pedía organizar las discusiones "de manera que podamos atender las peticiones de Grecia antes del 19 de mayo". Para ello, el ministro alemán cuenta con que el plan de Grecia y el FMI se presente antes del fin de semana de manera que pueda aprovechar la próxima sesión del Bundestag, el 3 de mayo, para una primera aprobación de las ayudas que podrían ser aprobadas también en el Bundesrat --el consejo federal-- antes del 7 de mayo, según Schäuble, "si todos los grupos parlamentarios se muestran preparados para ello".

POR LA ESTABILIDAD DEL EURO Con respecto a la polémica surgida el fin de semana sobre la posible expulsión de Grecia del euro, la cancillera quiso poner orden dentro de su propio partido y su socio bávaro, la CSU: "Digo tajantemente que no. De lo que se trata ahora es de reaccionar rápidamente por el bien de la estabilidad del euro en general".

El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, aseguró que, pese a las críticas de los dirigentes alemanes, no habrá ninguna dificultad en poner en marcha el plan de rescate europeo de Grecia.