La economía mundial se va a ralentizar "significativamente" en el 2009, pero el 2010 "debería ser el año de la recuperación", afirmaron ayer los presidentes de los bancos centrales de los países industrializados del mundo (G- 10), en la reunión que celebran cada año en Basilea (Suiza).

Los más pesimistas se pueden quedar con la idea de que el año que acaba de empezar será "significativamente" peor que el 2008, que ya resultó muy negativo para el empleo en todo el mundo (en España, el número de parados aumentó en un millón). Los más optimistas pueden extraer el mensaje de que el 2010 empezará la remontada, y esta es la idea que ayer quiso subrayar el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude-Trichet, que ofició como portavoz del G-10. Trichet destacó que hubo consenso al creer que el próximo ejercicio "debería ser el de la recuperación".

LOS PILARES La agresiva política monetaria de los bancos centrales es, según Trichet, uno de los elementos que permiten confiar en la recuperación en el 2010. Esto, junto a los planes de apoyo de los gobiernos para el sector financiero, ha impedido que los mercados internacionales se derrumben, según el G-10.

Los bancos centrales están inyectando liquidez sin límite en el sistema financiero y han recortado los tipos de interés hasta niveles insólitos en algunos casos (hasta el 0,25% en EEUU y el 1,5% en Gran Bretaña). En la zona euro, el BCE ha recortado los tipos hasta el 2,5% y el próximo jueves, podría decidir una nueva rebaja. En la reunión de ayer, los banqueros no hablaron de acciones coordinadas, dijo Trichet.

Las medidas para empresas y familias adoptadas por las principales economías del mundo también servirán para la recuperación en el 2010. Además, la caída "sustancial" de los precios del petróleo y de las materias primas ayudará a la economía y servirá como "un estabilizador progresivo a nivel global", según destacó el presidente del BCE. A todo ello se añade, según Trichet, que las economías emergentes, aunque más debilitadas, son todavía robustas.

Todos estos factores deberían apuntalar la recuperación en el 2010, según dijo, siempre que la confianza retorne a los mercados financieros. "En la situación actual, más que nunca, la confianza es esencial, ya que gran parte de la ralentización que hemos observado viene del canal de la confianza", según Trichet.

Tras haber lanzado sus planes anticrisis, algunos gobiernos, como el alemán, preparan una segunda oleada de medidas.