Con varios meses de retraso, el BCE rebajó ayer en 0,25 puntos el tipo de interés básico de la eurozona hasta dejarlo en un nuevo mínimo histórico del 0,5%. El presidente del BCE, Mario Draghi, explicó que el recorte se adoptó ante el agravamiento de la recesión en la zona euro, con una tasa de paro en niveles récord, y la persistente caída del clima de confianza económica.

Para intentar facilitar la concesión de créditos a las empresas, el BCE también recortó en 0,5 puntos, hasta el 1%, el interés que cobra en la línea de crédito que utilizan los bancos para obtener financiación de urgencia diaria. Pero no adoptó ninguna medida no convencional para estimular la economía como hizo EEUU y Japón, ni para resolver el problema de la falta de crédito a las pymes en los países del sur, como España. Draghi indicó que la "reflexión" sobre cómo facilitar el crédito a pymes esta "en fase preliminar".

Draghi aseguró que la rebaja del tipo de interés básico al 0,5% "contribuirá a apoyar" una recuperación económica "gradual" en la segunda mitad del año. También indicó para justificar el retraso en adoptar la medida que la rebaja de tipos "será ahora más efectiva que hace unos meses", pero no explicó por qué.

OPOSICION ALEMANA El Bundesbank mantuvo su oposición a bajar los tipos y Draghi reconoció que la medida se adoptó por "consenso", no por unanimidad. A pesar de que la inflación de la eurozona cayó al 1,2% en abril, muy por debajo del objetivo del 2% del BCE, el Bundesbank teme que la política monetaria expansiva conduzca a un descontrol de la inflación. Algunos miembros del BCE abogaron en la reunión por un recorte más agresivo, pero "el consenso predominante" fue de un recorte de sólo 0,25 puntos, explicó Draghi.

Tras esa rebaja, el precio básico del dinero en la eurozona aún es superior al de EEUU (0,25%) y Japón (0,1%). El BCE no anunció nuevas inyecciones de fondos a la economía, como están haciendo la Reserva Federal y el Banco de Japón. La institución tampoco ofreció condiciones más favorables para aceptar como garantía los créditos bancarios que depositan los bancos para obtener fondos del BCE, con menos recorte de su valor, por ejemplo, lo que serviría de estímulo indirecto. Así, mientras en EEUU se crearon 88.000 empleos en marzo, en la eurozona los parados subieron en 62.000 personas.

El BCE centró su actuación en la política monetaria convencional y garantizó financiación ilimitada a la banca, como mínimo hasta finales de julio del 2014 en las subastas semanales, para que los bancos no puedan utilizar el argumento de la inseguridad de su financiación para seguir restringiendo el crédito

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