El retroceso de los grandes valores y de los bancos, afectados por otro informe negativo de una entidad extranjera, así como la debilidad del mercado neoyorquino, forzaron hoy una nueva caída de la bolsa española, el 1,72 por ciento, hasta el nuevo mínimo anual de 6.817,40 puntos. Así, el principal indicador de la bolsa española, el Ibex-35, bajó 119,50 puntos, el 1,72 por ciento, hasta 6.817,40 puntos, nivel simlar al de octubre de 2003. Las pérdidas anuales ascienden al 25,86 por ciento.

En Europa, con el euro a 1,263 dólares, Milán bajó el 2,12 por ciento, mientras que París cayó el 0,6 por ciento y el índice Euro Stoxx 50, el 0,4 por ciento, en tanto que Fráncfort ganó el 0,7 por ciento y Londres, el 0,33 por ciento.

La subida del 0,5 por ciento de Wall Street el viernes pasado sirvió para que la bolsa española empezara la sesión con pequeñas ganancias. Apoyaban su tendencia las principales plazas europeas, a pesar de que el último informe del Banco Mundial indicaba que este año la economía global se contraerá por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, por lo que solicitaba nuevas medidas de estímulo. En igual sentido se pronunciaba Lawrence Summers, asesor económico del presidente estadounidense, Barack Obama, que animaba a los gobiernos de todo el mundo a inyectar más dinero en la economía en un esfuerzo coordinado para impulsar la demanda y superar la recesión.

Sin embargo, mientras el Banco de Francia mantenía sus previsiones para el PIB del primer trimestre, que caerá el 0,6 por ciento, los inversores seguían apostando por las ventas y las ganancias iniciales duraban un suspiro.

Las iniciativas institucionales, como la de los ministros de finanzas de la UE, que propondrán aumentar las dotaciones para el FMI en la cumbre del G-20 de abril, no conseguían detener las pérdidas del mercado, que al mediodía bajaba más del 2 por ciento y se situaba en 6.750 puntos.

Antes de la apertura del mercado neoyorquino, la bolsa española cedía el 3 por ciento y frenaba su caída en el nivel de 6.700 puntos. Las pérdidas iniciales de Wall Street, a pesar de que la farmacéutica estadounidense Merck anunció la compra de Schering-Plough por 41.100 millones de dólares, y la publicación de malas perspectivas para la economía y la banca española, distanciaban a la plaza nacional de las europeas.

La Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS) calculó que este año el PIB español caerá el 3 por ciento y el número de parados se elevará a 4,5 millones, y la agencia de medición de riesgos Moody's mantuvo la perspectiva negativa de la banca española y amenazó con rebajar su calificación si se deterioran sus activos.

Al final de la sesión, gracias a la recuperación del mercado neoyorquino, y al alza de los bancos medianos, la bolsa reducía sus pérdidas y cerraba por encima de 6.800 puntos, mientras el petróleo Brent se negociaba al precio del viernes, por debajo de 45 dólares.

Todos los grandes valores bajaron: Banco Santander, el 3,38 por ciento; Iberdrola, el 2,83 por ciento; Telefónica, el 2,45 por ciento; BBVA, el 0,43 por ciento, y Repsol, el 0,17 por ciento. Sacyr lideró las pérdidas del Ibex con un retroceso del 7,98 por ciento por un informe contrario sobre el valor, en tanto que Iberdrola Renovables cayó el 6,4 por ciento, y FCC, el 6,13 por ciento.

De las once compañías con ganancias del Ibex destacó Iberia, que subió el 9,15 por ciento, por la cercanía de la fusión con British Airways, en tanto que Bankinter ganó el 3,42 por ciento, e Indra, el 2,83 por ciento.

En el mercado continuo, tras la caída del 66,67 por ciento de los derechos de Española de Zinc y del 17,14 por ciento de los derechos de Faes, destacó la bajada de Parquesol, el 14,97 por ciento, mientras que Avanzit comandó las ganancias con una subida del 9,23 por ciento.

La rentabilidad de la deuda española a largo plazo bajaba dos centésimas, hasta el 3,99 por ciento, mientras que el efectivo negociado en el mercado continuo se situó en 2.775 millones, de los que cerca de 650 correspondían a operaciones efectuadas entre inversores institucionales.