El subgobernador del Banco de China, Li Rugu, replicó ayer a los países del G-7, que reclaman una política más flexible para el yuan, que el actual cambio de su moneda beneficia no sólo a China, sino a los países vecinos y al mundo entero. Su país está dispuesto a dar más flexibilidad a la divisa, pero sin calendario. Rugu recordó que cuando el dólar estaba fuerte no hubo nadie que reclamara que el yuan se depreciara. "Los desequilibrios comerciales no deberían verse en términos bilaterales", advirtió.