La crisis económica no distingue de espacios ni profesiones, y ahora les ha llegado el turno a los músicos del Metro de Barcelona. Los pasillos subterráneos están cada vez más solicitados por los artistas, aunque la recaudación disminuya día a día. Hombre, extranjero y de mediana edad. Este es el candidato habitual en los 'cástings' para músicos del Metro que organiza la Associació de Músics del Carrer (AMUC), la única autorizada por Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) para decidir quién puede y quién no puede utilizar el suburbano como escenario.

Pero la crisis ha traído nuevas caras a los pasillos del metro, entre ellos, estudiantes que tienen que pagarse la carrera, jubilados que no llegan a fin de mes o personas que simplemente quieren probar suerte en la música subterránea. Son, en definitiva, los nuevos rostros de la crisis musical en el Metro de Barcelona. Hace dos semanas que Fei toca en el Metro. Tiene 28 años, una sonrisa dulce y unos ojos rasgados enmarcan sus facciones chinas. Ha dejado su trabajo de vendedora en el Raval para probar suerte en las líneas de transporte público y "ganar dinero".

David, de 22 años, nació en Salamanca pero vino a estudiar biología a Barcelona hace tres años. Necesita pagarse los estudios y "tirar adelante el día a día", por lo que algunas tardes las pasa junto a su guitarra tocando en el metro. "Hasta el momento venía poco porque tenía dinero ahorrado, pero ahora lo necesito y tendré que venir a tocar más horas", explica el joven estudiante.

Antonio tiene la piel castigada del sol tomado durante 66 años. Sombrero, tatuajes y anillos de plata dibujan el perfil de un músico de bolos muy vivido. Entró a formar parte de la AMUC hace dos meses "por la crisis y para alimentar el gusanito de la música". En total, son más de 200 las personas inscritas en las listas de la AMUC, aunque sólo unas 80 están realmente en activo. Cada quince días, la asociación se reúne en el Convent de Sant Agustí para distribuir los horarios y estaciones donde van a tocar los músicos.

Paseo de Gracia, Verdaguer o Vila Olímpica son algunas de las estaciones más disputadas entre los artistas, ya que es donde más dinero se recauda. El sueldo del músico del metro es variable, depende del día, la hora, la estación y de los transeúntes, pero varios de los artistas lo cifran en unos 13 euros de media por hora. "Ganamos más o menos pero, como estamos en crisis, ahora es poco", asegura Fei, que ve respaldada su opinión con la de Antonio, quien dice que últimamente la gente "está menos espléndida".

Todo ello hace que sea difícil mantenerse sólo tocando en el Metro. Así lo cree el presidente de la AMUC, Hugo Carrero, quien sentencia: "Se puede vivir solamente tocando en el metro. De hecho, hay gente que lo hace, pero no son la mayoría". Pero el ojo orwelliano de los músicos del metro les permite ver la crisis incluso más allá de lo económico. Santiago, que viene de Uruguay, describe el ambiente de los últimos meses como "algo que se va notando en el estado de ánimo, en la actitud y alegría. La gente está más apagada en esta época". La crisis pasa factura en el Metro de la ciudad condal, donde múltiples personas, cada vez más variopintas, se esfuerzan en llenar de música los pasillos por muy poco dinero, un necesario canto a la alegría y la esperanza en tiempos de crisis.