El crecimiento de la recaudación por IVA da síntomas de agotamiento por la desaceleración del consumo; y aún no ha llegado lo peor, cuando las arcas públicas acusen la caída de las ventas de viviendas nuevas. De momento, la recaudación bruta por IVA hasta agosto (sin tener en cuenta el errático calendario de las devoluciones) ha crecido solo el 6,3%, por debajo del crecimiento nominal de la economía.

El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, relacionó la debilidad del dato con la desaceleración del consumo. Y la evolución va a ir a peor en lo que queda de año, admitió Ocaña. En la documentación que acompaña al proyecto de presupuestos del Estado para el 2008, Hacienda reconoce que en el 2007 no podrá recaudar los 57.910 millones por IVA previstos, a falta de 238 millones.

El empuje del consumo y del sector inmobiliario ha sido, en los últimos años, el principal artífice del superávit presupuestario y su agotamiento no es una buena noticia para las cuentas públicas. El efecto recaudatorio de la caída en la venta de viviendas nuevas (que se gravan con un IVA del 7%) se dejará notar más adelante porque, según explicó Ocaña, "dado que la vivienda nueva se compra sobre plano", la liquidación del IVA se produce "seis meses, un año o dos después" de la decisión de compra. Según los últimos datos del colegio de registradores, la venta de viviendas nuevas ha caído el 14% en el segundo trimestre del año, y eso puede tener un efecto demoledor sobre la recaudación por el IVA.

La desaceleración inmobiliaria ya ha pasado factura al impuesto autonómico sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, ligado a la compraventa de vivienda de segunda mano. Los ingresos por este impuesto han caído el 6% --según dijo ayer Ocaña--, en paralelo al descenso del 4,8% en la compraventa de viviendas de segunda mano que han detectado los registradores.