El euro se apreció considerablemente, hasta rozar 1,15 dólares, beneficiado por la debilidad de la divisa estadounidense, después de que los países del G-7 pidieran este fin de semana en Dubai más flexibilidad cambiaria a los bancos centrales de Japón y China. La demanda propició también un ascenso del yen al nivel más alto de cotización de los últimos tres años: 111,96 yenes por dólar y el ascenso de otras divisas asiáticas.

La debilidad de la moneda estadounidense, y la consiguiente fortaleza del euro y la divisa japonesa, arrastró también a la baja a las bolsas internacionales. El Ibex español cedió más de un 2% en la sesión de ayer. Un porcentaje similar a los descensos de otros mercados europeos. La Bolsa de Tokio cayó ayer un 4%.

Los analistas consideraron que el G-7 ha hecho suya la voluntad del secretario del Tesoro norteamericano, John Snow, de mantener baja la cotización del dólar. Un dólar fuerte impulsa las importaciones estadounidenses procedentes de China y Japón. Y éstas son consecuencia de la intervención de los respectivos bancos centrales para mantener baja la cotización del yuan y del yen.

Esa política dificulta las exportaciones estadounidenses y contribuye a agrandar el déficit comercial, verdadero problema de fondo que dificulta la recuperación económica. EEUU necesita atraer 1.520 millones de dólares diarios para financiar su déficit.

DESCENSO DE LOS BONOS

El efecto inmediato del comunicado de los países ricos, además del mencionado en la bolsa y los mercados de divisas, fue un claro descenso de los bonos a 10 años estadounidenses, ante la expectativa de que Japón, primer tenedor de deuda norteamericana, reduzca sus compras.

El Banco de Japón ha vendido más de nueve billones de yenes (11,5 billones de pesetas) en los primeros siete meses del año con el fin de impedir la revalorización de la divisa. A finales de la semana pasada, la entidad permitió que el cambio llegara a los 115 yenes por dólar.

Algunos analistas sostienen que el revuelo monetario será pasajero, ya que la situación económica de fondo sigue siendo la misma que antes del sábado.

Mientras, Snow insistió ayer en el marco de las reuniones del Fondo Monetario Internacional en Dubai, que el Gobierno norteamericano mantiene su política en favor de un dólar fuerte.