El Gobierno está intentando convencer a la Comisión Europea que acepte subir el objetivo de déficit público español para este año del 4,5% hasta como mínimo el 5,5% o si fuera posible hasta el 6% del producto interior bruto (PIB), según ha confirmado fuentes gubernamentales. El Gobierno también aspira a que la Unión Europea (UE) le conceda dos años más, hasta el 2016, para recortar el déficit hasta el techo máximo del 3% del PIB.

El Gobierno de Mariano Rajoy argumenta que la gravedad de la recesión económica impedirá a España alcanzar el objetivo fijado inicialmente el año pasado y subraya que la Unión Europea (UE) debe tener en cuenta el “enorme esfuerzo” realizado por el país en materia de reformas económicas y laborales hasta ahora. “Ningún país de la eurozona ha realizado reformas más amplias y profundas que España”, han destacado fuentes gubernamentales antes del inicio de la reunión del Eurogrupo en Dublín.

Sin embargo, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, está evitando expresamente asumir de momento ningún compromiso en la relajación de los objetivos de déficit para España. Rehn quiere antes conocer en detalle cómo piensa cumplir el Gobierno las demandas de la Comisión Europea de nuevas reformas adicionales en materia laboral, pensiones y servicios profesionales, entre otras.

CONCRETAR AJUSTES

Rehn reclama asimismo que el Gobierno de Rajoy concrete que ajustes y medidas tributarias adoptará de cara al 2014 para evitar el descontrol del déficit público el año próximo. La Comisión Europea reclama que el Gobierno prorrogue la subida temporal del impuesto sobre la renta que expira a finales del 2013 y se opone a las rebajas de impuestos anunciadas en los últimos meses por diferentes ministros.

La Comisión Europea ya ha indicado que el 29 de mayo efectuará una valoración del plan de estabilidad y reformas que debe presentar el Gobierno de Rajoy antes de acabar abril y anunciará entonces las exigencias concretas a España para que la UE acepte flexibilizar los objetivos de déficit. Rehn también se inclina de momento por sólo conceder un año adicional a España para rebajar el déficit al 3%, hasta el 2015 y no hasta el 2016 como desearía el Gobierno, para mantener la presión política y obligarle a realizar las reformas que considera necesarias.