Sin ningún aliciente para los inversores, el Ibex 35 cerró ayer en 12.818 puntos al ceder el 0,9%, pese a haber superado durante la sesión los 13.000 puntos. Los recortes de los dos grandes bancos pesaron como losas en un índice que se contagió del pesimismo general de los mercados europeos. Las pérdidas se acrecentaron con la apertura de Wall Street. Las dudas sobre la exposición crediticia del gigante AIG --llegó a caer el 12%-- tiró a la baja del Dow Jones. En todo caso, las palabras del presidente del Eurogrupo, el primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker, que reiteró que el primer objetivo de la autoridad monetaria es garantizar la estabilidad de precios en el área, no fueron bien digeridas por las bolsas europeas, que cerraron en negativo.

El mercado español inició la segunda semana de febrero con inestabilidad. La construcción fue el farolillo rojo del índice. Dos de las principales constructoras del país, Ferrovial y FCC, sufrieron sendos varapalos. La primera, presidida por Rafael del Pino, recibió el anuncio de una posible denuncia a su filial aeroportuaria inglesa, BAA, por parte de US Airways debido a un problema de suministro de combustible; lo que dejó su precio en 39,85 euros, el 4,21% menos. La segunda, controlada por Esther Koplowitz, se dejó el 3,31% y cerró en 41,25 euros tras una mala recomendación de Goldman Sachs. Inditex tampoco tuvo un buen día. Con un recorte del 3,67% hasta los 31,46 euros, los títulos del gigante de la moda ya acumulan unas minusvalías del 25% en lo que va de año.

Entre los blue chips del selectivo solo dos cerraron en verde. Iberdrola, que se anotó el 1,09%, después de seguir las medidas de blindaje con el anuncio de que los empleados podrían recibir parte de su retribución en acciones. Repsol YPF también quiso animar el Ibex con una subida del 1,1%. Telefónica no pudo y dejó que el precio cayera el 1,24%, hasta los 19,05 euros. El BBVA se dejó el 1,49% y el Santander, el 1,72%.