El anuncio de que la desgravación de vivienda desaparecerá a partir del 2011 para contribuyentes con rentas superiores a 24.000 euros es la medida con mayor eficacia anticrisis de todas las anunciadas el martes por José Luis Rodríguez Zapatero, según coincidieron ayer en destacar todos los expertos consultados. En el sector de los constructores hay divergencia de opiniones; también entre los consumidores. Pero los economistas coinciden en que será clave para superar el bache de la crisis.

El efecto anuncio de la desaparición de la deducción provocará un anticipo de decisiones de compra antes del 2011 y eso ayudará a que salga al mercado el estoc de los más de un millón de pisos sin vender. Esa es la reacción que busca el presidente del Gobierno. Algunos economistas consultados opinan que, por ello, sería conveniente aplazar un año más, hasta enero del 2012, la desaparición de la desgravación para las rentas medias, para dar más tiempo a la salida del estoc acumulado.

En esta recomendación subyace el convencimiento de que el 2011 todavía será un año malo para el sector de la vivienda y que tener inmuebles sin vender es un cáncer que se extiende al resto de la economía.

DOS TERCIOS Con datos de la última memoria tributaria (2006) se calcula que el 41% de los contribuyentes declaran una base imponible inferior a 17.000 euros (para estos, la deducción por compra de vivienda se mantiene intacta). Según la propuesta de Zapatero, la deducción se irá reduciendo hasta desaparecer para una base imponible de 24.000 euros. Dos tercios de los contribuyentes declaran una base inferior a 24.000 euros.

Teniendo en cuenta que la deducción por compra de vivienda se mantendrá en los términos actuales para todas las viviendas adquiridas antes del 1 de enero del 2011, algunos cálculos estiman que su desaparición para rentas superiores a 24.000 euros ahorrará 400 millones en el presupuesto del 2012; 800 millones, en el siguiente, y así progresivamente hasta alcanzar un ahorro de 2.500 millones a largo plazo.

Las muy diversas organizaciones patronales, empresas, sindicatos y asociaciones profesionales y de consumidores que interactúan en el doliente sector inmobiliario reaccionaron de forma igualmente distinta al anuncio de Zapatero, sobre el fin de las desgravaciones fiscales por la compra de viviendas.

Mientras David Taguas, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Constructoras (Seopan), calificaba de "adecuadas" las restricciones, la Asociación de Promotores y Constructores de España (APCE) opinaba que "no son las medidas más idóneas ni suficientes" e instaba al Gobierno y a las entidades financieras a un diálogo a tres bandas para hallar "la solución consensuada más idónea". "Esto es pan para hoy y hambre para mañana", coincidieron en comentar Gonzalo Bernardos, asesor inmobiliario, y una portavoz de Renta Corporación. Para ambos, la decisión anunciada por Zapatero de dejar de desgravar la compra de una vivienda a partir del 2011 para las rentas superiores a 24.000 euros es "cortoplacista" y "necesaria pero insuficiente".

EL GRIFO HIPOTECARIO El economista Ricard Fernández Ontiveros considera que la medida de mantener la desgravación un año y medio es "inteligente" para lograr reducir el estoc de viviendas, si bien advierte de que solo será posible si las administraciones se implican para que los bancos abran el grifo de las hipotecas. Dos de las organizaciones de consumidores también valoraron la iniciativa de modo algo divergente. Para la OCU, las restricciones jugarán en contra y desactivarán el sector inmobiliario. La Unión de Consumidores opina que es una medida razonable y positiva, porque reducirá el déficit público.