La economía irlandesa sufrió ayer otro golpe después de que la agencia Fitch rebajara su rating de AA a A+. Pero los recortes podrían no acabar ahí, a la vista del estratosférico coste de los rescates bancarios. "La rebaja refleja el coste fiscal excepcional y superior al previsto, asociado con la recapitalización bancaria realizada por el Gobierno y en particular con el Anglo Irish Bank", decía el comunicado.

Fitch coloca a Irlanda en una perspectiva "negativa", lo que implica que no descarta nuevos descensos, dado además el estancamiento de la recuperación económica en la isla. "La perspectiva negativa refleja la incertidumbre sobre el calendario, sobre la fortaleza de la recuperación económica y sobre los esfuerzos de consolidación a medio plazo".

Moody´s también advirtió ayer de una posible rebaja en la calificación crediticia de la banca irlandesa, tanto de la deuda soberana, como de los depósitos a largo plazo.

La advertencia llega después de que las autoridades de Dublín reconocieran que el rescate de sus bancos podría elevarse a 50.000 millones, lo que implica un déficit del 32% del PIB. El primer ministro, Brian Cowen, impondrá una subida de impuestos y un recorte presupuestario durante los próximos cuatro años, pero ni siquiera esta medida parece suficiente para frenar la crisis.