La economía estadounidense ha entrado en el 2005 con paso firme y estable, declaró ayer el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, al presentar al Congreso su informe semestral sobre la salud económica de la nación. No obstante, advirtió también de que será necesario meter en cintura el ingente déficit presupuestario, que cerró el año pasado en 413.000 millones de dólares, para evitar un deterioro de la situación.

"En los siete meses que han transcurrido desde que vine la última vez, la expansión económica de EEUU se ha robustecido, la inflación general ha cedido y el núcleo de la inflación se mantiene bajo", resaltó ante el Comité Bancario del Senado. En su positivo informe, el presidente del banco central estadounidense proyectó un crecimiento del producto interior bruto (PIB) para este año del 3,75% al 4%, algo más alto que el esperado hace seis meses. Además, la inflación debe quedarse entre un 1,5% y un 1,75%, algo menos que lo proyectado, añadió.

CRECIMIENTO DE TIPOS Greenspan dio también a entender que la política de aumento moderado pero constante de los tipos de interés continuará en los próximos meses, aunque no reveló hasta qué nivel o con qué rapidez. "La economía parece haber entrado en el 2005 creciendo a una tasa razonablemente buena, con una inflación y unas expectativas de inflación bien ancladas", dijo Greenspan. "Los mercados financieros parecen compartir esta evaluación", añadió.

El horizonte económico de EEUU no se encuentra, sin embargo, libre de riesgos, pues Greenspan advirtió de que problemas nacionales o internacionales pueden afectar al crecimiento del PIB. Más concreta fue su preocupación por los enormes déficits por cuenta corriente y comercial y el escaso nivel de ahorro de los estadounidenses, especialmente de cara al visible envejecimiento de la población laboral.