Jaime Botín, hermano del presidente del BSCH, Emilio Botín, admitió ayer en la Audiencia Nacional que la indemnización percibida por el excopresidente de la entidad José María Amusátegui "no era habitual". No obstante, justificó ese pago porque, a su juicio, sirvió para que la fusión del Santander y del Central Hispano fuera un éxito.

Jaime Botín, expresidente de Bankinter, explicó que su hermano le informaba de los "asuntos importantes" del banco. Por ello, supo que Amusátegui y el exconsejero delegado Angel Corcóstegui firmaron un contrato que les garantizaba un retiro millonario. Amusátegui cobró 43,7 millones de euros y Corcóstegui, 108 millones de euros.

Botín negó que el contrato del excopresidente fuera condición de la fusión. "Fue una consecuencia, ya que había que contar con su colaboración completa y absoluta", aseguró. Además, aseguró que las cifras de esos contratos "eran perfectamente normales". No obstante, reconoció que ni él ni su padre percibieron ninguna indemnización al dejar el Santander.

OTROS TESTIMONIOS Por su parte, el expresidente de Abengoa Felipe Benjumea explicó que Amusátegui no informó a los consejeros del Central Hispano, antes de la fusión, del contrato de su jubilación. Y explicó que él tampoco recibió indemnización cuando no se le renovó como consejero del banco.

Alberto Oliart afirmó que le pagaron 150.000 euros cuando adelantó su jubilación. El actual consejero delegado, Alfredo Saez, defendió los pagos millonarios, pero admitió que "no había conocido" otro contrato como el de Amusátegui.