El consejero delegado del grupo Renault, Luca de Meo, reconoce que en España no se ve una voluntad muy fuerte en política industrial para poder "empujar" la transición ecológica y ha ligado los futuros proyectos del grupo en el país a mejoras de competitividad de las fábricas y el apoyo público.

Estas declaraciones llegan en un momento en el que el fabricante francés (que dispone de cuatro fábricas en España) se encuentra en plena negociación del convenio colectivo. Recortar los pluses y ampliar la jornada son los requisitos que desde Renault se apuntan como clave para mejorar en competitividad.

De Meo mantiene firme el compromiso de la compañía con España, pero advierte que el grupo francés atraviesa una situación difícil y tiene que saber "dónde poner el dinero y estar muy seguro de las inversiones que hace", si no quiere desaparecer.

En una rápida radiografía de la situacion actual de la marca, De Meo reconoce que "tenemos ideas, pero todo va depender de si encontramos las condiciones para poder tener productos competitivos. La situación de Renault, con 7.300 millones de pérdidas en el primer semestre, es muy complicada", señala y afirma que espera conocer el nivel de competitividad en España antes de tomar decisiones.

SABER DÓNDE APOSTAR

De Meo también lanza un órdago a las administraciones públicas para que apoyen el discurso competitivo industrial de país. Financiación y seguridad jurídica juegan un papel clave en este sentido y recuerda que "el grupo cuenta con 38 fábricas a nivel mundial y que mi trabajo consiste en decidir dónde tiene que apostar".

El directivo italiano ha reconocido que "España es la segunda casa para Renault después de Francia, es un sitio en el que no tenemos duda de que hay que invertir. No dudamos del compromiso con el país pero hay cosas que necesitamos obtener de trabajadores, directivos y autoridades", ha insistido. "España es una buena plataforma y cuenta con servicios e infraestructuras que hacen que esté en una situación privilegiada para saltar en la nueva cadena de valor", pero cree que si no evoluciona, vendrá "otro país", como Turquía, Marruecos o Rumanía, que le quitará proyectos.

Lamenta que "no veo una voluntad muy fuerte de política industrial para poder empujar esta transición". Considera que hay maneras de creer en el sector como la rebaja de costes como los energéticos y logísticos, así como no castigar fiscalmente a los coches de combustión (incluidos híbridos), que seguirán dominando el mercado en la próxima década.

MERCADO POR ESTABILIZAR

El director general de Renault quiere recuperar el terreno perdido en España a nivel comercial y elevar su rentabilidad en el país con el incremento de las ventas de vehículos de mayor valor, en lugar de centrarse en volúmenes. De ahí que en breve pueda haber cambios en la dirección en España.

Piensa que la recuperación tras la pandemia puede que no se dé "hasta 2022, aunque a partir de la primavera verano de 2021 se empezará a notar un rebote muy rápido a medida que se vayan levantando las restricciones porque la gente va a querer consumir".