El vicepresidente y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, se comprometió ayer ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados a abordar la reforma del IRPF prevista en el programa del PSOE, que incluye una rebaja de los tipos marginales máximos, una elevación del mínimo exento y un "tratamiento equivalente" entre rentas del capital y del trabajo.

El compromiso de cumplir el programa electoral no debería ser noticia, de no ser porque las ambiciosas promesas socialistas deben encajarse con el objetivo de estabilidad presupuestaria, que ayer Solbes defendió como una prioridad absoluta.

Todos los grupos de la oposición mostraron su escepticismo frente a este difícil encaje del programa socialista. "Soy consciente de que hay demandas que deberán encajarse de forma progresiva", admitió. Para ello, Solbes, que se quejó del abuso del PP de la financiación de inversión a cargo de años futuros, confió en lograr recursos gracias a la revisión del gasto.

En materia tributaria, Solbes afirmó que "ésta no va a ser una legislatura de grandes cambios", aunque se va a llevar a cabo la anunciada reforma del IRPF y "pequeños retoques" en otras figuras, como en sociedades, donde se eliminarán algunas deducciones y se reducirán los tipos.

Solbes dijo que su política estará presidida por los principios de libertad económica, impulso a la productividad, transparencia y no injerencia en las decisiones empresariales.

ASTILLEROS DE IZAR Solbes, reveló ayer que el problema sobre los astilleros de Izar es más grave de lo que pensaba. A la obligación impuesta por la Comisión Europea de devolver 300 millones de euros de ayudas estatales ilegales, se suma ahora la noticia de que hay otros cuatro expedientes en Bruselas sobre Izar. Solbes dijo que el comisario de la Competencia, Mario Monti, le ha transmitido esta información "en los últimos días".