Los pescadores extendieron ayer el paro a la práctica totalidad de la flota española de bajura. La huelga, acompañada del bloqueo de los principales puertos, mantiene la costa mediterránea en situación de práctico colapso en el tráfico marítimo de mercancías y pasajeros.

La negociación entre representantes del sector y el Gobierno sobre el encarecimiento del gasóleo comenzó a media tarde de ayer bajo presión. Los pescadores mantienen sus reivindicaciones económicas, mientras que la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, se niega a elevar las bonificaciones al carburante.

La movilización pesquera ha conseguido alumbrar una nueva Plataforma en Defensa del Sector Pesquero, a la que se han sumado diferentes organizaciones vinculadas a la pesca, entre ellos los armadores. Esta entidad, que reúne a pescadores de bajura, altura, gran altura y arrastre de litoral, estudiaba anoche, en paralelo a la negociación con el Gobierno, sumarse al bloqueo.

Las perturbaciones en el tráfico marítimo fueron notables tanto para los buques con mercancías como para los que transportan pasajeros. La compañía Bale ria informó ayer de que uno de sus ferrys procedente de Ibiza permanece fondeado en el antepuerto de Barcelona con 57 personas a bordo desde la tarde del martes. El bloqueo afectó sobre todo a barcos de transporte de mercancías en puertos especializados como los de Cartagena, Valencia y Tarragona.

Las navieras, por su parte, anunciaron que estudian pedir indemnizaciones por la imposibilidad de mover sus buques. Sólo la empresa Repsol tiene 10 barcos bloqueados en Tarragona. Tanto en esta ciudad como en Cartagena, la petrolera estudia parar la producción de alguna fábrica si se alarga la situación.

Mientras, las agencias de viajes denunciaron que el conflicto ha provocado cancelaciones de cruceros para el próximo puente festivo, así como la caída de reservas de estos viajes.