De todos los grandes banqueros del país que en estos días han presentado los resultados de sus entidades, Angel Ron, presidente del Popular, ha sido probablemente el menos optimista. "En nuestro país no se han disipado los nubarrones que impiden ver con claridad un crecimiento económico sostenible y equilibrado", alertó ayer.

Al igual que han hecho el resto de sus competidores, el ejecutivo apoyo las iniciativas del Gobierno, pero con una seria advertencia. "Las medidas van por el buen camino, pero está por ver los resultados de las reformas sobre la generación de empleo y el crecimiento económico", dijo.

Ron expresó en público de forma contundente el temor que otros muchos empresarios apuntan en privado a que el Ejecutivo se relaje una vez pasado lo peor de los ataques a España y después de las alabanzas recibidas en los últimos días. El país, afirmó, no ha dejado atrás la crisis de la deuda soberana y sigue sometido a "mucha incertidumbre y mucha desconfianza".

SEGUIR AVANZANDO Es "inaceptable" para un país como España, defendió, un nivel tan bajo de actividad, una tasa tan alta de paro y la pérdida de confianza de los mercados. Por ello, instó a las administraciones y supervisores a seguir por el camino de las reformas. El 2011, remató, va a ser un "año difícil", pero el Popular tiene "confianza" en el futuro del país si el Gobierno sigue adelante con el ajuste "tan duro como necesario" que ha emprendido.

Ron se mostró particularmente crítico con la reestructuración de las cajas. Las entidades que han recibido ayudas públicas, argumentó, han podido sanear su balance con estas, en lugar de hacerlo con su cuenta de resultados, como sí han hecho los bancos. Ahora es lógico, añadió, que el Gobierno les exija más capital que a las entidades cotizadas.