La falta de actividad productiva provocada por el coronavirus ha desplomado la demanda de energía y con ella el precio, hasta situar la factura de la luz y de los carburantes a mínimos históricos de los últimos años. En el caso del combustible, la gasolina ha caído un 10,56% y el diésel un 13,93%, mientras que el precio de la luz se ha desplomado un 40% en marzo respecto al 2019 al situarse en 27,7 euros el megavatio-hora, algo inimaginable hasta la fecha que ha llegado además en pleno pico de consumo de los hogares, con un incremento de hasta el 20% en las últimas dos semanas del mes, según fuentes del mercado.

Un retroceso en el precio que afecta a los 11 millones de consumidores que están en el mercado regulado, con una tarifa de Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), los otros 18 millones están en el mercado libre y tienen un precio pactado con las comercializadoras.

predominio verde / Si bien, la caída de la factura será mucho menor. El precio de la electricidad supone solo el 35% del recibo, el resto es el denominado término fijo, formado por la potencia contratada por el consumidor y los impuestos. Por ejemplo, un consumidor tipo con una potencia contratada de 4,1 kilovatios y un consumo de 554 horas, si consumió este mes de marzo lo mismo que el pasado, tendrá una factura un 16% más barata (38,29 euros en vez de los 45,59 euros del año pasado), si incrementó su consumo en los últimos 15 días un 20%, la factura será un 9% inferior (43,26 euros).

El cierre de bares, restaurantes y fábricas ha tenido como resultado una caída de la demanda del 6,3% en marzo, al situarse en 20.924 gigavatios-hora, según Red Eléctrica. El consumo de electricidad ha descendido cerca de un 20% en los últimos 15 días, frente a la semana anterior al estado de alarma, pero en los hogares ha crecido hasta el 20%, según fuentes del mercado.

Al descenso del consumo, se sumo el predominio de las renovables. La mitad de la generación de electricidad ha sido con tecnologías verdes durante en marzo. La eólica suministró el 26,8% del total de la producción eléctrica nacional, lo que ha tirado del precio en España. Como ejemplo, en los últimos dos días del mes, el país registró los precios más baratos de toda Europa, lo cual no es muy habitual. Fueron el lunes y el martes, cuando el precio del mercado mayorista se situó en 19 y 20,55 euros el megavatio-hora. Un precio tirado para los 47,7 euros de media pagados en el 2019 y los 57,28 del 2018.

La gasolina está un 2,81% más barata que la semana pasada y el diésel un 2,49%, según el Boletín Petrolero de la UE. A la baja demanda por la crisis del covid-19 se ha sumado la imposibilidad de Rusia y Arabia Saudí de encontrar un acuerdo para el recorte de producción de petróleo que ha hecho que el precio se haya desplomado en las últimas semanas. No obstante, ambos países han acordado reducir su producción en al menos 10 millones de barriles diarios, pudiendo ampliarla hasta los 15 millones. Esto ha causado que el barril de Brent, de referencia en Europa, repunte más de un 30%, por lo es previsible que los carburantes se encarezcan próximamente.

La gasolina es ahora un 13,41% más barata que al cierre del 2019 y el diésel lo es un 15,24%. Según el ministerio para la Transición Ecológica, a 3 de abril, el precio del diésel se sitúa, de media en España, en los 1,041 euros por litro y el de la gasolina 95 en los 1,128 euros. Desde el 2011, solo un año el diésel fue más barato el primer día de las vacaciones, mientras que la gasolina firma en el 2020 su valor más bajo respecto al primer día de Semana Santa. Unas tasas históricas en plena Operación Salida imaginaria porque nadie podrá coger el coche e irse de vacaciones.