Las pymes disponen ya de dos nuevos instrumentos valiosos, uno de financiación y el otro de control de la propiedad, a los que sólo podían recurrir hasta ahora las sociedades anónimas (SA). Se trata de las participaciones en el capital sin derecho a voto y de la compra de títulos propios. Ambas opciones pueden ser empleadas a partir de ahora por las sociedades limitadas (SL), la figura mercantil más utilizada por las pequeñas y medianas empresas, según establece la ley de la nueva empresa, que entró en vigor el pasado 2 de junio.

Ambas novedades responden a "una vieja e histórica reivindicación" de las empresas familiares, explica Joan Busc , miembro del comité ejecutivo de la patronal Pimecsefes.