El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, afirmó ayer que las turbulencias de los mercados financieros no afectarán al crecimiento de la eurozona en el 2007, pero sí lo harán en "unas décimas" en el 2008. En todo caso, subrayó que la recuperación de la economía "está sólidamente asentada", con un nivel de paro "muy bajo", una inflación "básicamente controlada" y unas reformas que, aunque deben continuar, "ya están dando resultados", por lo que no cabe esperar perjuicios "significativos".

La economía europea creció en el entorno "del 2,7%, 2,8%" en el 2006, "y este año se puede repetir la cifra", dijo el comisario en su intervención en el Foro de la Nueva Economía, en Madrid. "No creo que las turbulencias puedan afectar significativamente a nuestras previsiones de mayo", que incluían una previsión de crecimiento de la economía europea del 2,6% para este año y del 2,5% para el próximo. En todo caso, según Almunia, es pronto para valorar el impacto de la crisis hipotecaria de Estados Unidos, y todo dependerá, en gran medida, de cómo evolucione la confianza económica.

CREDITOS MAS DUROS El efecto nocivo para la economía puede llegar en forma de un mayor endurecimiento de las condiciones de financiación. "No creo que nadie espere una mejora" en las condiciones de financiación, "pero tampoco se van a endurecer de una forma extraordinariamente dura y difícil", aunque sí, "gradual", opinó el comisario.

Por si acaso, Almunia recomendó el máximo respeto a la independencia del Banco Central Europeo (BCE), que se reunirá el próximo jueves con el dilema de subir los tipos de interés --con el fin de ayudar a contener la inflación a medio y largo plazo-- o de renunciar a hacerlo, para no endurecer unas condiciones de financiación que en agosto se han visto dañadas por la falta de liquidez.

Algunos gobiernos europeos han llegado a pedir al BCE un recorte de los tipos de interés. El propio presidente francés, Nicolas Sarkozy, lanzó este mensaje en público a su compatriota y presidente del BCE, Jean-Claude Trichet. Pero Almunia juzgó que iniciativas como ésta pueden ser contraproducentes. "Si el BCE se siente presionado, más bien se verá forzado a demostrar lo contrario, que es independiente", apuntó el comisario.