Los bancos de inversión contratados por Liberbank y Unicaja para estudiar la viabilidad y conveniencia de llevar a cabo una fusión entre ambas entidades finalizarán sus análisis previsiblemente en la primera quincena de febrero, tras lo cual los consejos de administración decidirán si siguen adelante con el proceso y, en caso afirmativo, elaborarán el proyecto común para ejecutarlo en el segundo semestre de 2019.

Fuentes del mercado conocedoras de la operación han trasladado a Europa Press este calendario de un proceso que continúa en marcha y que se encuentra en la primera fase de realización de auditoría de compra o ‘due diligence’, en la que Mediobanca y Deutsche Bank están asesorando a las entidades.

Esta primera fase interna de ‘hacer números’ no finalizará hasta cinco o seis semanas después del cierre el ejercicio 2018 (primera quincena de febrero), aunque diversas fuentes estiman que los costes de la integración y reestructuración se situarán entre unos 350 y 450 millones.

Tras evaluar los datos, las cúpulas directivas valorarán si seguir adelante y de aprobarse el proyecto sería presentado y aprobado posteriormente por las juntas de accionistas y, finalmente, por los reguladores.

Según las fuentes consultadas, la fórmula jurídica de la operación será, previsiblemente, la fusión por absorción de Liberbank por parte de Unicaja, debido a que es la fórmula que menos distorsiones y complicaciones de tipo jurídico, societario o fiscal generaría. Lo más probable entonces sería que el presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, ocupase la presidencia del grupo resultante y que Manuel Menéndez fuese su consejero delegado.

En el proyecto de fusión se acordará la ecuación de canje, es decir, la participación de cada entidad, para lo que se tendrán en cuenta factores como el tamaño, los modelos IRB o la tracción comercial. Una vez que se decida la ecuación de canje, se llevará a cabo una ampliación de capital.