El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no dudó en calificar de "histórico" el acuerdo que dio lugar ayer a la firma de la reforma del mercado de trabajo con los líderes sindicales y de la patrona. A su juicio, el nuevo pacto tendrá "efectos beneficiosos por un largo periodo de tiempo", "ofrecerá mejores instrumentos a las reformas que requiere nuestro modelo económico" y permitirá que "la sociedad sea más moderna, dinámica, justa y cohesionada".

Es la octava reforma laboral que se realiza en España desde la instauración de la democracia. Y Zapatero resaltó que es la primera que se logra por consenso desde el Acuerdo para la Estabilidad en el Empleo de 1997.

El presidente dio las gracias a los líderes de UGT y CCOO, Cándido Méndez y José María Fidalgo, y a los presidentes de CEOE y Cepyme, José María Cuevas y Jesús Bárcenas, por la "generosidad" y por su "perseverancia" en los 14 meses de negociaciones. A diferencia de otras reformas, la que se firmó ayer en la Moncloa no nace para responder a una situación de crisis, afirmó Zapatero. El presidente hizo un balance de los resultados del último año, pasando por los 900.000 nuevos empleos, la bajada de la tasa del paro al 9%, la mejora del empleo femenino o la buena situación del Seguro. Todos coincidieron en que este pacto pretende dar cumplimiento a la declaración sobre competitividad, empleo estable y cohesión social que firmaron el 8 de julio del 2004 los mismos líderes sociales con el presidente Zapatero.

El presidente añadió que el logro de esta legislatura y "la clave que explica el mantenimiento del crecimiento español" ha sido el diálogo social, gracias al cual se han alcanzado 20 acuerdos en solo dos años.

También José María Cuevas resaltó el papel del diálogo social, pero no tuvo reparo en recordar el desencuentro entre empresarios y Gobierno por la ley de igualdad. Apuntó que el acuerdo "no es la reforma que habríamos hecho los empresarios".