La campaña del PSOE, y por extensión del PSC, que en ERC entienden como errática, ha servido de munición para Gabriel Rufián durante toda la campaña. Pero es a raíz del debate a cinco del lunes, en el que el socialista pareció, en la cuestión catalana, más alineado con PP, Cs y Vox que con Podemos, que los republicanos decidieron aumentar el calibre de los proyectiles. El objetivo de los republicanos es lograr el bis, el segundo triunfo en seis meses en unas elecciones generales. Algo que no consigue nadie desde el PSC, en el 2008.

La principal inyección de moral para ERC proviene, precisamente, de la victoria del 28-A. En aquellas elecciones, que vinieron lanzadas por la manifestacion de las tres derechas de la plaza de Colón y una apelación socialista al voto del miedo, los republicanos ganaron por 55.000 votos.

En esta, los republicanos creen que el PSOEha abandonado este marco mental de 'o yo o la derecha extrema' para buscar la confrontación en el campo de la firmeza con el independentismo. No prevén, por tanto, tanta movilización constitucionalista y sí independentista, de reacción a la sentencia del 14-O.

El efecto secundario del cambio de táctica de Pedro Sánchez, consideran en ERC, es que el electorado, firmeza por firmeza, prefiera la de la derecha o la ultraderecha. Es decir, que Vox eleve sus registros.

En el mitin de cierre de campaña de ayer, en Terrassa, tanto Pere Aragonès, como Roger Torrent y Gabriel Rufián atizaron con dureza al PSOE. Aragonès les acusó de hacer suyo por electoralismo los principios de la derecha y de haber hecho más propaganda que hechos.

El presidente del Parlamento señaló que el Gobierno de Sánchez es peor que el de Mariano Rajoy. Podían haber elegido hacer politica pero prefirieron ser los cómplices de la represión. Y ambos, Aragonès y Torrent, acusaron a Sánchez de criminalizar y amenazar tanto a la escuela catalana como los medios de comunicación públicos.

Aragonès también atribuyó a los socialistas la retirada fraudulenta del nombre de Oriol Junqueras de la lista electoral. La Junta Electoral Central decidió ayer desestimar el recurso de Esquerra de recuperar a Junqueras como candidato en atención a la suspensión de la inhabilitación del republicano en la sentencia del juicio del 1-O. El vicepresidente anunció nuevos recursos.

LAS DOS CARAS DE SÁNCHEZ

Rufián, por su parte, echó en cara de Sánchez haberse presentado el 28-A como paladín del progresismo y después pedir varias veces el voto a PP y a Cs. La abstención del PP también será gran coalición. Esa es la gran trampa, advirtió Rufián ante un posible pacto PSOE-PP.

En el campo independentista la principa novedad es la aparición de la CUP. Aunque prevén que los anticapitalistas muerdan, sobre todo, el electorado posconvergente, más dado a la híperventilación, no descartan que en el 'rere-país' también sufran ellos algún bocado.

La otra baza con la que ERC cuenta para destacarse es la de erigirse como promotor del diálogo. A su manera y con sus condiciones, que más o menos son que no haya tales. A lo largo de la campaña, Rufián ha percutido en la imagen de atornillar a un renuente Sánchez a la mesa de diálogo. El que sepa romper los bloques y crear el diálogo será premiado, apuntan en ERC.

¿Y el socio de Gobierno? Siempre el mismo mantra: Les deseamos toda la suerte del mundo. Decirlo todo, sin decir nada. O casi. Porque las apelaciones al voto útil independentista, recreando la imagen de un Sánchez ganador en Cataluña tras la sentencia del juicio del 1-O es, obviamente, un torpedo a las huestes puigdemontistas.

Rufián, ayer, sintetizó la visión republicana de los ataques que sufre por parte de JxCat y CUP: Todo el mundo habla de ERC y nosotros solo hablamos de Cataluña.