La confirmación definitiva del veto de la CUP a la investidura de Artur Mas aboca a Cataluña a celebrar las cuartas elecciones autonómicas en poco más de cinco años. Hoy se reunirán la Mesa y la junta de portavoces del Parlamento para decidir si mantienen o no el pleno que estaba previsto para esta semana.

Salvo una inesperada sorpresa la próxima semana, el próximo 10 de enero expirará el plazo legal para designar al presidente de la Generalitat sin que el líder de Convergència haya conseguido los votos que le faltan para ser reelegido en el cargo. ¿Qué pasará entonces? ¿Cual será el escenario que se planteará?

El Estatuto catalán y la ley de la presidencia de la Generalitat de Cataluña y del Gobierno catalán establecen que, si dos meses después de la primera votación de investidura (que en este caso fue el 10 de noviembre) no se ha escogido un presidente, el Parlamento catalán quedará disuelto "automáticamente" y el presidente en funciones deberá convocar nuevos comicios "de manera inmediata".

Así, calendario en mano, la fecha más probable para esta cita con las urnas sería el 6 de marzo. Ante la ausencia de ley electoral propia, fruto de la incapacidad de los partidos catalanes de haber consensuado una a lo largo de 35 años, las elecciones en Cataluña se rigen por la normativa estatal.

Esta regulación obliga a celebrar los comicios 54 días después de la publicación del decreto de convocatoria. Si el presidente en funciones Artur Mas firma ese decreto el lunes 11 de enero y este se publica en el Diario Oficial de la Generalitat al día siguiente, el martes 12, la cita con las urnas quedará fijada para el domingo 6 de marzo.

LAS PRIMERAS OBLIGADAS Si se confirma este calendario, la nueva campaña electoral se iniciaría el 19 de febrero y concluiría el 4 de marzo. Serán las terceras elecciones anticipadas consecutivas (2012, 2015 y 2016) y las primeras que se convocan de forma obligada ante la imposibilidad, por falta de apoyos, de investir un presidente.