Lograr una voz común y un mayor poderío diplomático y militar, es una de las principales ambiciones de los líderes europeístas en política exterior. La guerra de Irak, que copatrocinaron el Reino Unido y España, provocó una fractura en el seno de la UE. En el terreno militar, se están dando pasos hacia la creación de una auténtica política de defensa y seguridad, con fuerzas de acción rápida y agencia de armamentos incluidas.

Multipolaridad sin hegemonía de EEUU

La UE aboga por el multilateralismo en la comunidad internacional. Además de defender el papel central de la ONU, la Unión ha creado alianzas estratégicas con países o bloques con instrumentos de diversa índole, entre ellos, los acuerdos especiales de asociación.

Mecanismos de ese tipo existen con Rusia o Ucrania. En cuanto al Magreb, está en desarrollo un proyecto de vecindad conocido como Proceso de Barcelona. Con América Latina se trabaja, con lentitud, para fijar un mercado sin barreras.

La UE otorga un valor especial a la relación con Washington, pero desde el principio de un mundo multipolar, en el que EEUU no actúe como una potencia hegemónica. La Unión considera claves a Rusia y China, y a potencias regionales, como India y Brasil.

El proyecto constitucional europeo pretende apuntalar la política internacional con la designación de un ministro de Asuntos Exteriores. Esa función la ejerce hoy el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común (Míster PESC), cargo que ostenta Javier Solana. El papel de Solana, sin embargo, ha estado lejos del de ejercer como un ministro por falta de atribuciones.

Uno los frentes más activos de la política exterior europea lo ha constituido el conflicto entre israelís y palestinos.La creación de una fuerza militar "creíble"

El Tratado de Amsterdam, en vigor desde mayo de 1999, sentó las bases de una Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD) en el marco de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de la Unión. Se apostó por dotar a la UE de una capacidad autónoma de acción respaldada por fuerzas militares "creíbles". Y se estableció un listado de misiones potenciales: humanitarias, de pacificación, de mantenimiento de la paz, de prevención de crisis y de gestión de crisis. El proyecto de Constitución europea añade la lucha contra el terrorismo.

En junio de 1999, el Consejo Europeo de Colonia concretó el Tratado de Amsterdam y creó las misiones Petersberg. Seis meses después, la cumbre de Helsinki fijó las líneas de actuación. La más importante: sobre la base de la "cooperación voluntaria", los estados miembros deben ser capaces de desplegar en un plazo de 60 días y por un año una fuerza conjunta de hasta 50.000 y 60.000 soldados.

Los estados han ofrecido a la UE 5.000 policías (1.400 se pueden desplegar en un mes), y 282 expertos jurídicos. A iniciativa de países como Francia y Alemania, el tratado constitucional prevé la flexibilización en la PESD, para que un grupo de estados pueda adelantarse en el desarrollo de políticas de seguridad y defensa. Y se han puesto las bases para una Agencia Europea de Armamento.Cuatro operaciones militares y policiales

El año 2003 quedará grabado en los anales de la UE por haberse puesto en marcha las misiones exteriores en seguridad y defensa. La pionera fue la misión policial en Bosnia-Herzegovina (EUPM), que el 1 de enero del año pasado tomó el relevo de la misión abanderada por la ONU para supervisión e inspección de la policía local.

En marzo del 2003 comenzó la primera misión militar dirigida por la UE: la Operación Concordia, con 350 soldados en la exrepública yugoslava de Macedonia. De junio a septiembre del 2003, la UE dirigió, la Operación Artemisa, en la República Democrática del Congo. En diciembre del 2003, puso en marcha la misión policial Próxima, en Macedonia.

La UE ha expresado su voluntad de hacerse cargo de la misión militar de la OTAN en Bosnia-Herzegovina.