El vicepresidente del Govern y coordinador de ERC, Pere Aragonès, lanzó ayer al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, la propuesta de abrir una mesa de diálogo entre ambas partes, «sin condiciones previas», que permita avanzar en «una solución política y democrática» a la tensión institucional entre Cataluña y España por cuenta del avance del independentismo.

Aragonès participó en un desayuno informativo en Madrid, donde propuso «la declaracion de Pedralbes de diciembre pasado» como «un buen punto de partida». Esta «mesa de diálogo» debería encauzarse sobre cuatro ejes, a los que el vicepresident añadió: «Nosotros también queremos hablar de amnistía de los presos políticos y del derecho a la autodeterminación como vía para decidir el futuro político de Cataluña».

Al desayuno informativo, organizado por Europa Press en Madrid, no acudió ministro alguno ni secretario de Estado. Sí lo hiceron la Alta Comisionada del Gobierno español para la Agenda 2030, Cristina Gallach, y la secretaria general de Coordinación Territorial, Miryam Álvarez, además el secretario general de UGT, Pepe Álvarez y el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufian, entre otros.

LOS CUATRO EJES / «Si Sánchez quiere solucionar el conflicto, no puede seguir ignorando a los partidos independentistas catalanes. Somos nosotros quién gobierna Cataluña. Y son los independentistas, con Oriol Junqueras y Gabriel Rufián a la cabeza, quienes ganaron las elecciones al Congresos de Diputados en Cataluña. Entiendo que no le guste, pero esta es la realidad», afirmó, anticipando, además, que «el independentismo volverá a ganar en Cataluña» el 10-N.

En su opinión, Pedro Sánchez, «no habla» con el responsable catalán, Quim Torra, «por miedo a un desgaste» electoral ante el 10-N. «No coger el teléfono ni atender las peticiones de diálogo es bloquear las salidas a la solución», repitió. Aragonés sí que reconoció haber hablado en la última semana «un par de veces» con la vicepresidenta Carmen Calvo.

Los otros tres ejes de dicha mesa serían: reconocer la libertad para plantear propuestas sin vetos, incluida la posibilidad de un referéndum de autodeterminación; poder articular un sistema de validación democrática con amplias mayorías, es decir, «una votación», aclaró, y, por último, contar con seguridad jurídica y mecanismos de garantía de cumplimiento.

MUERTE AL AUTONOMISMO / Tras la tensión por la sentencia del procés, Aragonés considera que «el conflicto corre el riesgo de enquistarse y cronificarse» por lo que «es aquí y ahora» cuando, en su opinión, urge buscar una solución a lo que «no es un problema de orden público, ni de convivencia» -como define el Gobierno central-, sino «entre Cataluña y las instituciones del Estado».

«La opinión pública española debe entender que, para millones de catalanes, el autonomismo ha muerto y el camino hacia la independencia es irreversible».

El representante del Govern condenó los disturbios violentos en las calles de Cataluña y anticipó que se irán mitigando. Pensando en la economía catalana, reconoció que estos actos «no son la mejor carta de presentación» pero expresó el compromiso del Govern «por reforzar la imagen» de Barcelona y de Cataluña.

Sobre la posible «falta de empatía» con la sociedad catalana no independentista a la que se refirió la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, el vicepresident se limitó a expresar «toda su empatía y comprensión» con quienes no piensan como él, y que ellos también tengan la posiblidad «de ganar democráticamente” en el pretendido referéndum de autodeterminación.