Los argentinos recordaron ayer a las víctimas del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 en momentos en que el país revive tensiones políticas de un tenor inédito desde la recuperación de la democracia, hace más de un cuarto de siglo. Allí donde mire, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner encuentra problemas. Los productores agropecuarios han vuelto a la huelga y a bloquear las carreteras para exigir que se eliminen los impuestos de las ganancias extraordinarias. Debilitado, el Gobierno intenta que se apruebe que las elecciones se celebren el 28 de junio, en vez del 25 de octubre.

"Ningún sector puede imponerse con amenazas y extorsión", dijo Kirchner sobre la séptima protesta. Las movilizaciones del campo comenzaron en marzo del 2008, pero ahora el problema se ha agravado por la crisis.