No acaba de ser asumida por todo el PP --y muchísimo menos por José María Aznar-- la estrategia electoral de Mariano Rajoy, consistente en hacer un discurso centrado y sin estridencias para no despertar, antes del 22-M, a una militancia socialista que amenaza seriamente con la abstención. Véase el ejemplo del mensaje a lanzar en torno a Bildu y lo que sucedió ayer.

Los populares se desayunaron con la entrevista que Rajoy concedió a La Razón, en la que lamentaba la decisión del Tribunal Constitucional (TC) de permitir que la coalición esté en las elecciones y, además, elogiaba la labor desarrollada por la policía, la Guardia Civil y la Fiscalía y Abogacía del Estado en el proceso. Ya a media mañana, participó en un mitin en Madrid y no dijo ni mu de Bildu. El alcalde madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón, siguió esa senda. No así la presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre, que acusó directamente al Gobierno de meter a ETA en las instituciones.

IMPUGNAR LA COALICION Ya por la noche, Aznar discrepó, sin mucho disimulo, del camino de oposición que Rajoy ha seguido en este caso. "Yo dije que no bastaba con impugnar las candidaturas, que teníamos datos para saber que Bildu y ETA son lo misma cosa y que había que impugnar la coalición. No se ha hecho", dijo Aznar en Guadalajara.

Y si no se ha hecho es porque el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba y el responsable de Interior del PP, Federico Trillo, así lo acordaron, con el visto bueno de sus respectivos jefes. De hecho, en la entrevista publicada en La Razón se le preguntaba a Rajoy si se arrepentía de no haber impugnado toda la coalición (como pedían Aznar y el exministro Angel Acebes). "Se trata de un debate técnico, pero la fórmula elegida fue avalada por el Tribunal Supremo", se limitó a responder, sin culpar al PSOE de lo sucedido. Rajoy no apuntó nada más ayer, para no entrar en "provocaciones" que buscan radicalizar su imagen, dijo. Eso sí, tuvo que escuchar a Aznar enmendándole el discurso. "Los responsables de que Bildu pasase el filtro están sentados en el Gobierno y no basta con mirar a los tribunales y encogerse de hombros", espetó.

Desde el PSOE, los ataques más duros llegaron ayer por boca de otro exjefe del Ejecutivo. "No merecen gobernar por hacer uso del terrorismo", apuntó Felipe González en un mitin socialista en Madrid.