El ministro de Fomento, José Blanco, aseguró hoy que un acuerdo sobre la reforma del sistema de pensiones sería "muy positivo" para "la confianza, la credibilidad y la solvencia" de España. En el transcurso de su intervención en el Fórum Europa organizado por Nueva Economía, Blanco señaló que el Gobierno está haciendo "un esfuerzo" en su diálogo con los empresarios y los sindicatos para llegar a un acuerdo, aunque subrayó que la reforma de las pensiones es "irrenunciable" para el Ejecutivo. Indicó que sería "deseable" alcanzar un acuerdo con el PP, pero lo ve "difícil" porque, a su juicio, los populares están instalados "en la demagogia" y "dicen todos los días que hay que hacer reformas, pero no cómo". Blanco añadió que, de la misma forma que en 1985 se reformó el sistema de pensiones "para garantizar su sostenibilidad para cuarenta años", el Gobierno quiere ahora "una reforma que las garantice para cincuenta años más". Según Blanco, es "inútil negar la realidad", porque si "hoy hay cuatro personas en edad de trabajar por cada pensionista, en 2050 sólo habrá una y media". También afirmó que las reformas del Gobierno tienen "una orientación clara" para responder a "los desafíos del futuro: reforzar nuestro estado de bienestar, estimular la competitividad de las empresas y garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas". En su opinión, para salir "auténticamente reforzados" de la crisis la responsabilidad de hacerle frente debe ser compartida "por todos los agentes sociales". Por lo que respecta a la reforma laboral, Blanco señaló que su objetivo es impedir que la crisis y las recesiones "no se trasladen automáticamente en un ajuste vía empleo", ya que "la rigidez" del mercado laboral español hace que "la fórmula más sencilla para ajustar la caída de la producción al empleo sea por medio de despidos". Asimismo, indicó que "cuando se dice que queremos abaratar el despido se está señalando precisamente lo contrario de lo que persigue el Gobierno" y apuntó que es necesario modificar el mercado de trabajo porque es "injusto", y ha "abonado" a los contratos temporales a los jóvenes y a los trabajadores menos cualificados.