En su primer acto electoral y multitudinario tras su salida del Gobierno catalán por reunirse con ETA, Josep LLuís Carod-Rovira se presentó ayer como víctima de "la suciedad del aparato del Estado". El líder de los republicanos hizo un discurso de autoafirmación y de resistencialismo frente a la actitud de acoso y derribo que atribuyó al PP por haber sido artífice de un gobierno de izquierdas que rompe con "el pensamiento único" popular. Frente a ello, advirtió de que si Esquerra aguantó "el franquismo" también sobrevivirá al PP.

Arropado por mil militantes, y tras agradecer el apoyo recibido, reivindicó el diálogo y manifestó que el respaldo recibido por la hermana de un erzaina asesinado ya justificaba una entrevista con ETA.