El EPPK, el colectivo que engloba a los presos etarras, se ha mostrado dispuesto a que los reclusos aborden su futuro a través de compromisos individuales. Esta histórica decisión rompe la disciplina que hasta ahora ha impuesto la banda, que apostaba por una negociación colectiva y sancionaba a quienes optaban por tomar su propio camino. El EPPK ha expresado, a través de un comunicado enviado a GARA, que acepta que "el proceso dé solución a la cuestión de las personas presas" sea escalonado y se dilate en el tiempo "de forma prudencial".

El grupo ha concluido el debate abierto en verano, y entre sus conclusiones, señala que "reconocemos con toda sinceridad el sufrimiento y daño multilateral generados", aunque también alude a la práctica de la tortura y la política penitenciaria actual para reclamar que "los procedimientos judiciales sean revisados y evaluados" para que también se reconozca el daño sufrido por los presos de ETA.

En un pronunciamiento sin precedentes, y acuciados por el total inmovilismo del Gobierno central, el EPPK ha optado por admitir que la "la excarcelación y traslado a Euskal Herria" de los presos etarras se efectúe "utilizando cauces legales, aun cuando ello para nosotros implícitamente conlleve la aceptación de nuestra condena".

De igual forma, reclaman a los partidos vascos que buscan "acuerdos y fórmulas" que permitan materializar sus demandas, a través de "un proceso integral que no ponga en cuestión nuestro carácter ni dignidad política".