Primera condena por traición en España en democracia. La Audiencia de Madrid impuso ayer 12 años de cárcel al exagente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Roberto Flórez por sacar información secreta de ese organismo para entregársela a los servicios secretos rusos a cambio de 200.000 dólares (146.700 euros). Los jueces le han aplicado la pena máxima porque su actuación "perjudicó la defensa nacional".

En el juicio, a puerta cerrada, el exespía negó que hubiera extraído datos del centro con el fin de vendérselos a Rusia. Sin embargo, el tribunal considera acreditado que, durante los años en los que trabajó en el CNI --desde marzo de 1991 hasta abril del 2004--, Flórez se hizo con "numerosa documentación" que estaba clasificada "como secreta" para "ofrecérsela a los servicios secretos rusos", aunque los magistrados no han podido acreditar que "este ofrecimiento llegara a materializarse".

Asimismo, el condenado remitió dos cartas a Petr Melnikov, que fue consejero de la embajada rusa entre el 2000 y el 2003. En ellas, Flórez le ofrecía una lista con nombres, apellidos, perfil psicológico y profesional, y seudónimos de los agentes; un manual sobre los procedimientos de trabajo que utiliza el centro de inteligencia "contra Rusia" e información sobre "estructura y organización" del CNI.

GUARDADA EN CASA El exespía guardó dicha documentación en su casa, pese a que sabía que la había obtenido "de forma indebida y no autorizada", ya que la sacó "de forma no natural, al no estar vinculada a las funciones que tenía encomendadas".

El exagente explicó ante el tribunal que se llevó el material y redactó las cartas para elaborar una monografía sobre técnicas de reclutamiento por encargo de sus superiores. Sin embargo, los magistrados rebaten esta versión porque ha quedado acreditado que esa forma de trabajar "choca" con el funcionamiento del centro y es "contraria a los principios de la lógica".

REESTRUCTURACION GENERAL Además, el tribunal tiene en cuenta que el exespía abandonó el CNI después de que se le incoaran dos expedientes disciplinarios por motivos personales. También ha constatado que, tras dejar el organismo, el condenado "no ha llevado a cabo ninguna actividad remunerada" y, aunque no tiene ahorros, dispone de dinero.

Roberto Flórez fue detenido en julio del 2007 tras dos años de investigación del CNI, que descubrió que tenía un topo en su organización después de que Rusia "neutralizara dos operaciones" del centro. La actuación del exespía obligó al servicio a "reestructurar el servicio de inteligencia, sus métodos de trabajo y el personal" del servicio, afirma la sentencia.