El operativo de alerta antiterrorista fue activado por el Ministerio del Interior en febrero ante el riesgo de que ETA salpicara de atentados la campaña electoral. Tras el 11-M ha sido prorrogado y ayer fue reforzado con la extensión de la alerta al Ejército.

Las Fuerzas Armadas controlarán el espacio aéreo, las aguas territoriales y las fronteras. El dispositivo de alerta aérea permite interceptar con cazas F-18 y F-1 cualquier avión sospechoso que entre en territorio español. La alerta aérea está activada de forma permanente. El espacio aéreo es seguido por radar desde Torrejón de Ardoz. El mando puede ordenar la interceptación de cualquier avión en cinco minutos.

La alerta naval afecta a todas las patrulleras de la Armada con un dispositivo que permite proteger los grandes puertos del Mediterráneo y actuar en alta mar contra buques sospechosos. Las unidades de alta montaña y los boinas verdes de la Compañía de Operaciones Especiales pueden ser destacadas para realizar controles especiales de las fronteras y para proteger objetivos sensibles relacionados con los trenes, el suministro de energía y las comunicaciones.

La Guardia Civil y el la policía reforzarán los controles en los puertos, aeropuertos, estaciones, ciudades, edificios sensibles, embajadas e instituciones.