Artur Mas no ha podido salvar el 'match ball' probablemente más complicado de su carrera política: propiciar que una formación anticapitalista le facilitase la investidura. El consejo político de la CUP ha consumado este domingo su veto al líder de CDC y candidato de Junts pel Sí, lo que aboca a Cataluña a celebrar en marzo unas nuevas elecciones anticipadas y pone en jaque la hoja de ruta independentista. El último recurso de Mas para evitar los comicios sería renunciar a la investidura y proponer un candidato alternativo. Tras una semana marcada por la división interna, fruto del empate a 1.515 votos en la asamblea de la semana pasada, la formación anticapitalista ha vuelto a evidenciar su fractura en la votación de este domingo, cuyo resultado ha sido de 32 votos a favor de investir a Mas y 36 en contra. La opción ganadora ha sido la abstención de los 10 diputados.

Con esta decisión, el 'president' en funciones no tiene suficientes apoyos para ser reelegido, pues el PSC retiró su mano tendida, Catalunya Sí que es Pot también descartó auxiliar a Mas y la ayuda de Ciutadans y el PPC es toda una quimera. Así las cosas, la celebración del nuevo debate de investidura queda ahora en el aire. La Mesa y la Junta de Portavoces del Parlament se reunirán este lunes para decidir si mantienen el calendario previsto o anulan el pleno y las votaciones, previstas para el 5 y el 7 de enero.